Bogotá — Luego de la quiebra y cese de operaciones de Viva Air y Ultra Air, dos de las aerolíneas de bajo costo más representativas del mercado, el sector aéreo enfrenta un momento complejo y como medidas el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, mencionó que se haría control de precios en los tiquetes aéreos.
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Aunque Reyes no fue claro si la medida aplicaría para todo el país o solamente para los vuelos al Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, afectados por el cese de operaciones de las dos aerolíneas en mención, el ministro de Comercio, Germán Umaña, dijo en entrevista con la W que “no hay ninguna propuesta de control de precios, sino de analizar su comportamiento”.
Los riesgos de controlar los precios de los tiquetes aéreos
Independientemente de la contradicción de mensajes entre la cartera de Transporte y de Comercio, Bloomberg Línea consultó a expertos para saber qué riesgos traería para la economía, los usuarios y la industria aérea aplicar un posible control de precios en los tiquetes aéreos.
Según explicó Santiago Castro, exdirector de la Aeronáutica Civil, poner topes a las tarifas aéreas “es una facultad que tiene la Aerocivil, pero solo se ha usado de manera extraordinaria en casos de desastres naturales, sin embargo, en la mayoría de casos ha habido es acuerdos voluntarios con las aerolíneas”.
Castro agregó que controlar los precios “es una pésima idea como política general y ahuyentaría la inversión en el sector que ya está bastante golpeado. El tiquete más caro es el que no se consigue”.
Por su parte, Julio Romero, director de macroeconomía y mercados de Corficolombiana, comentó que “el problema de controlar precios es que distorsiona el funcionamiento del mercado. Un escenario de control de precios de tiquetes puede desincentivar la oferta de servicios de transporte aéreo por parte de empresas privadas y terminar generando escasez en el mercado”.
“Al final, a mediano plazo quienes se verían perjudicados por la menor oferta de servicios de transporte aéreo serían los consumidores”, añadió Romero.
Para Javier Mejía, economista y profesor de Stanford, si se hiciera un control de precios en los tiquetes aéreos “seguramente lo que va a pasar es que, puesto que no hay mucha competencia, pero los costos de las empresas que subsisten parecen muy altos (dadas las quiebras que se han reportado), se va a reducir la oferta de tiquetes y la calidad en los servicios, además, en largo plazo afectaría la competencia, pues las aerolíneas que tendrían la capacidad de entrar al país serían disuadidas porque hay control de tarifas”.
Mejía agregó que en un caso de control de precios “la regulación seguramente ponga unos topes máximos, entonces lo que va a hacer es que le va a abaratar el tiquete a la gente con mayor capacidad o disposición de pago pero va a subir el precio promedio. Seguramente eso afecte a los que tienen menor capacidad de pago”.
En línea con lo expuesto, el director ejecutivo de Latam Airlines, Santiago Álvarez, dijo que “el control de precios es una medida que genera un efecto nocivo en el consumidor y el turismo (...) El resultado final es que menos colombianos tendrían acceso a un servicio público esencial. En el mundo, los países que adoptaron ese modelo solo han frenado el desarrollo del transporte aéreo”.