Bogotá — Enfrentarse a situaciones angustiantes requiere lo que en Colombia se conoce como “nervios de acero”. En el campo de las inversiones pasa igual, el control de las emociones es determinante para la preservación de los grandes patrimonios familiares.
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Para entender cómo se lidia desde el rol de la asesoría con las emociones de los inversionistas, Bloomberg Línea habló con Jorge Villa, vicepresidente de Itaú Corporate.
Sobre el rol de los asesores ante la emocionalidad de los inversionistas, Villa explica que “ahí se debe ver la experiencia del banquero para lidiar el tema emocional de los clientes”.
Explica que la mayoría de los errores no son técnicos, sino que responden a la forma como los inversores manejan su emoción. “Hay veces en que un activo bien rentando muy bien y quieren salir a comprarlo, aunque esté caro creyendo que vendrán grandes retornos. Puede ser un buen activo, pero no necesariamente un buen momento, y pasa también en sentido contrario”, dice el experto.
Recuerda que hay estudios en Estados Unidos que muestran que los inversionistas en acciones del S&P dejaron de ganar entre un 4% y un 5% por estar entrando y saliendo de sus posiciones. “Si hubieran quedado habrían rentado hasta 11% y por eso hay que aprender a tener tranquilidad porque las estrategias de largo plazo funcionan”. También sostiene que hay que saber lidiar con la información, porque “hoy los inversionistas están bombardeados de información”.
Aprender a elegir el portafolio
Villa asegura que otro de los temas determinantes para el éxito de una estrategia de inversión está ligado a la conformación del portafolio.
“Por eso es importante la cercanía de los asesores, para entender qué tipo de activos y qué tipo de riesgos puede asumir cada cliente”, dice el ejecutivo.
Sostiene Villa que hay clientes que a veces subestima la necesidad de liquidez y pueden meterse en instrumentos poco líquidos, que exige una visión de más de largo plazo.
“Son personas que necesitan instrumentos para que les rente, que ellos puedan fácilmente liquidar para hacer otra inversión o para cumplir sus necesidades de vivir y se pueden meter en un portafolio o en un tipo de inversión que cuando el cliente sale a querer venderla se encuentra que no es tan fácil liquidarla”, dice.
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Complementa recordando que “esto es un tema de planificación patrimonial, esto es un tema de largo plazo, y cada familia o cada cliente tiene un apetito de riesgo donde nosotros lo estudiamos, lo analizamos, lo presentamos al cliente, y conjuntamente basado, en las recomendaciones de nuestros especialistas, llegamos a un acuerdo con el cliente y hacemos la planificación y las inversiones correspondientes”.
Superando la inversión en ladrillos
Una de las inversiones más tradicionales de las familias colombianas es la compra de inmuebles para arrendar. Sin embargo, explica Villa que “la transición de la riqueza en Colombia está pasando en que las fortunas se están construyendo de forma diferente”.
Asegura que anteriormente las familias tenían muchos ladrillos, haciendo referencia a inmuebles, “había poca liquidez”, dice, y por ello, “la gente está empezando a diversificar, y nosotros somos un actor relevante que entra en ese proceso de diversificación. Hay un tema de profundidad con las familias, las generaciones están cambiando la forma de construir riqueza”, asegura.
Villa agrega que “tradicionalmente los clientes invertían mucho en finca raíz, luego en inversiones financieras tradicionales, que eran bonos de renta fija tradicionales. En los últimos años han empezado a revisar alternativas un poco más estructuradas, fondos de deuda privada, fondos de capital privado, notas estructuradas, etc.”
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Concluyen los expertos explican que las familias con grandes patrimonios, es decir, de COP$2.000 millones en Colombia, o de US$1 millón en Panamá, también construyen su estrategia dependiendo de la conveniencia tributaria debido a que, en ocasiones, los hijos y nietos tiene más de una nacionalidad.
