Bogotá — De acuerdo con Camacol, se evidencia una preocupante disminución en la venta de viviendas durante los primeros cinco meses del año, lo que ha generado una reducción significativa de $13 billones de inversión en vivienda nueva por parte de los hogares. Esta cifra equivale a un punto porcentual del Producto Interno Bruto.
Si bien el Banco de la República, en su propósito de hacerle frente a la inflación, subió sus tasas de interés al 13,25%, entidades financieras como Bancolombia, Davivienda, Banco de Bogotá, Banco de Occidente, BBVA, Pichincha y Scotiabank Colpatria decidieron bajar las suyas para algunas de sus tarjetas de crédito en más del 50%.
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Es más, en los últimos días han adaptado esta medida a sus otros segmentos, entre ellos, el crédito hipotecario y es por eso que hoy las tasas de interés se ubican entre el 11,90% y el 14,10% efectivo anual (EA) para vivienda de interés social (VIS), y entre el 14,40% y el 18,60% EA para viviendas no VIS.
Sin embargo, estas podrían bajar más. Para Jackson Rozo, CEO de Bankiando, “las tasas no son del todo asequibles; lo ideal sería llegar al 12% o 12,5% EA. Aun así, las personas se sienten confiadas y motivadas a comprar casa, principalmente por inversión, debido a que el valor mensual de los arrendamientos ha subido y esto amortigua un poco el costo de la tasa de interés del crédito”.
Entre los aspectos que deben tener en cuenta los colombianos para obtener un crédito hipotecario, además de calcular muy bien la tasa de interés está el hecho de validar el flujo de caja y con este, el valor máximo que se puede pagar por la cuota mensual del crédito.
Asimismo, recomienda que las personas, en el caso de que no puedan soportar un endeudamiento de largo plazo, demuestren ingresos adicionales.
En muchos casos, una opción que facilita este proceso es unir a alguien del grupo familiar al estudio y solicitud del crédito, con el fin de que con sus ingresos apoye la gestión.
También es esencial buscar el acompañamiento de expertos financieros, especialistas en financiación de vivienda que, conociendo la necesidad de cada cliente, proporcionen en un solo lugar la información de varios créditos de diferentes entidades, así como sus opciones de financiación. Y, en la medida de lo posible, evitar una consulta excesiva al mes del historial crediticio en las centrales de riesgo.
En el proceso de asesoría es importante que los consumidores consulten e identifiquen si es mejor un crédito hipotecario o un leasing habitacional.
En este sentido, Jackson explica que “si una persona necesita una financiación del 80% o más, el leasing es una buena opción. Sin embargo, en el mercado este no tiene compras de cartera, lo que hace que la tasa de interés que se pacte desde el inicio perdure durante todo el plazo del crédito. En cambio, con el crédito hipotecario, si el cliente necesita el 70% o menos, la propiedad queda a su nombre. Además, este sí es opcional para una compra de cartera, con el tiempo se puede renegociar la tasa de interés y, si es necesario, se puede apalancar una remodelación de la propiedad”.
Según el experto, saber si las tasas de interés de los créditos hipotecarios seguirán bajando es algo que depende, en gran medida, de la inflación y de la capacidad del Banco de la República de ‘surfear’ dentro de su política monetaria el incremento de las tasas de intermediación, teniendo en cuenta que el margen de intermediación es el indicador que mide la diferencia entre los intereses que paga la entidad a quien solicita dinero y los que cobra a quien se lo presta.