Bogotá — Llega una nueva conmemoración del 8M y con él la necesidad de alzar fuertemente la voz para romper el techo de cristal que hay hoy en América Latina. Un término que hace referencia a barreras invisibles y obstáculos que tienen las mujeres para el desarrollo de sus carreras profesionales.
Y es que según ONU Mujeres uno de los principales obstáculos para lograr la igualdad de género para 2030 es la falta de financiamiento, con un déficit anual de COP$360.000 millones en medidas para lograr la igualdad de género.
A lo que se suma que, de acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre el mercado laboral latinoamericano en 2021, solo el 14% de las empresas son propiedad de mujeres, y las juntas directivas en la región apenas tenían una participación femenina del 15%.
Además, solo el 11% de las empresas tenía a una mujer en posiciones de alta dirección.
Hablan las empresarias colombianas
Bloomberg Línea habló con cinco ejecutivas en Colombia, líderes en sus áreas de desempeño, y les preguntó cómo se rompe el llamado techo de cristal y cuáles han sido los principales desafíos a lo largo de su carrera.
Bibiana Taboada, codirectora del Banco de la República, expresó que hay que implementar un conjunto de acciones, desde diferentes sectores de la sociedad. Para comenzar, indicó que desde los hogares hay que dar a las niñas una educación en la que quede claro que no hay carreras, sectores o posiciones vetadas, y que por el contrario, hay que insistir en materias técnicas y científicas para que desde la infancia se familiaricen e interesen por ellas.
También desde los hogares, señaló que se debe trabajar en una distribución más equitativa de las tareas de cuidado porque hoy en día son las mujeres quienes de manera desproporcionada asumen estas tareas y tienen que dedicar una mayor parte de su tiempo a las mismas.
“Desde la política pública es necesario tomar medidas de acción afirmativa para asegurar que las mujeres tengan representación en cargos directivos, dado que aún prevalecen sesgos; así como en políticas de contratación y promoción, para que sean transparentes y equitativas”, enfatizó Taboada.
Para María Lorena Gutiérrez, presidenta de Corficolombiana, exembajadora y exministra de Comercio, lo primero que se debe hacer es reconocer las barreras que existen dentro de una organización, para, sobre esa base, establecer planes que permitan cerrar dichas brechas y metas específicas que ayuden a evaluar su evolución.
Otro aspecto que es clave movilizar, dijo, tiene que ver con la cultura corporativa, de manera que todos los que hacen parte de la organización sean cada vez más conscientes de los sesgos que pueden tener, y se interesen, desde su rol, por impulsar la ruptura de esos techos de cristal.
Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, comentó que el techo de cristal no es pensar que las mujeres tienen que llegar a ciertos espacios del mundo corporativo, sino entender que el mundo corporativo tiene que cambiar para darle cabida a unas personas que se entiendan más integralmente, que tienen responsabilidad y derechos al cuidado de sus seres queridos, que tienen otros espacios con los que tienen que complementar sus espacios laborales.
Por su parte, Sylvia Escovar, miembro de la junta directiva de Bancolombia explicó que se debe hacer consciencia de creencias y comportamientos que no son “naturales” sino que se han inculcado en una sociedad que ha separado los roles masculinos y femeninos causando daño a hombres, mujeres y a la sociedad en general.
Al respecto, mencionó que existen varias herramientas que ayudarían a romper estos techos de cristal: estableciendo metas de equidad en las empresas, cambiando lenguaje y procesos en las áreas de selección; se rompen techos, enfatizó, cuando las mujeres se atreven a participar en cargos con mayor responsabilidad; cuando hombres y mujeres asumen las responsabilidades del hogar de forma equitativa; cuando hombres y mujeres con mayor experiencia y convicción en la equidad sirven de mentores a una nueva generación de jóvenes que necesita ejemplos y empoderamiento.
“Si no actuamos ya, al paso que vamos, nos tomará cerca de 120 años lograr la equidad de género en el mundo. Los invito a sumar esfuerzos en esta tarea incluyente para lograr una sociedad más productiva, más incluyente y sobre todo, más libre”, destacó.
Con ello coincide Carolina Soto, asociada senior de Dattis y excodirectora del Banco de la República, quien sostuvo que es primordial ser conscientes de la existencia del techo de cristal. Señalarlo, visibilizarlo, ser vocales, sumar esfuerzos para evidenciarlo y presionar entre todos para que se sigan abriendo grietas, hasta que finalmente caiga.