¿Cómo implementar el Sistema de autocontrol y gestión de lavado de activos en Colombia?

El propósito del SAGRILAFT, regulado por la Supersociedades, es evitar que las organizaciones sean utilizadas para actividades ilícitas, manteniendo la confianza del mercado y las autoridades

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Bogotá — Es indispensable que las empresas colombianas comprendan y apliquen las regulaciones pertinentes para prevenir prácticas ilícitas. De ahí radica la importancia de implementar el Sistema de Autocontrol y Gestión Integral del Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (SAGRILAFT).

Este Sistema, regulado en el capítulo 10 de la Circular Básica Jurídica de la Superintendencia de Sociedades, permite a las organizaciones identificar, evaluar, controlar y monitorear estos riesgos y su objetivo primordial es evitar que las organizaciones sean utilizadas para actividades ilícitas, manteniendo la confianza del mercado y las autoridades.

Manuel Arévalo, CEO de Cesce Colombia, explicó que las empresas pueden detectar y mitigar los peligros asociados a actividades ilícitas mediante la adopción de medidas de control adaptadas a su perfil de riesgo. “Al realizar transacciones con clientes, proveedores y demás terceros de la cadena de valor, contar con esta evaluación es un indicador de transparencia y garantiza la legitimidad de los recursos, evitando así problemas legales y de reputación que podrían afectar la estabilidad empresarial”.

¿Cómo funciona este Sistema en Colombia?

El SAGRILAFT es recomendado para todas las empresas, pero solo es obligatorio para las de mayor tamaño y para algunos sectores económicos más vulnerables a los riesgos mencionados. Su metodología consta de cuatro etapas:

  • Identificación de riesgos: implica reconocer y clasificar las fuentes generadoras, como contrapartes, productos, actividades y jurisdicciones, estableciendo metodologías para detectar amenazas asociadas, determinar condiciones y prioridades para la debida diligencia, y aplicar medidas para conocer y distinguir los factores de riesgo de manera efectiva.
  • Medición o evaluación: se deben establecer metodologías para determinar la probabilidad de ocurrencia y el impacto, tanto a nivel individual como consolidado, frente a cada factor de riesgo identificado, incluyendo situaciones específicas, así como evaluar contratiempos al expandirse a nuevos mercados o introducir nuevos productos.
  • Control: se implementan metodologías, como la creación de una matriz, para definir los mecanismos de evaluación adecuados de los factores de riesgo identificados, así como establecer controles y herramientas para detectar operaciones inusuales y sospechosas, reconociendo que a mayor riesgo se necesita un nivel de control más alto.
  • Monitoreo: permite vigilar el perfil de riesgo y detectar operaciones inusuales y sospechosas, realizando seguimientos periódicos de eventos, desarrollando un monitoreo continuo para corregir deficiencias. Se garantiza la integridad y eficacia de los controles, además de asegurar que los riesgos residuales estén dentro de los niveles de aceptación establecidos por los directivos.

¿Qué beneficios trae para las empresas?

Protección de la reputación: adoptar medidas efectivas contra el lavado de activos y la financiación del terrorismo ayuda a preservar la imagen y la credibilidad de la empresa ante el mercado y las autoridades.

Continuidad operativa: reduce los riesgos operativos asociados con el uso no autorizado de la empresa para actividades ilícitas, lo que puede resultar en el cierre de operaciones.

Cumplimiento legal: cumplir con las regulaciones relacionadas con el lavado de activos y financiación del terrorismo es fundamental para evitar sanciones y elevadas multas por parte de las autoridades.