Bogotá — El Fenómeno de El Niño también tiene un impacto en el mercado laboral colombiano, específicamente por las consecuencias, para la productividad y la salud de los trabajadores, de trabajar en condiciones de altas temperaturas.
De acuerdo con un análisis del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), que tomó como base datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Dane, respecto a población ocupada, y las cifras de salarios promedios reportados por el Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana, se proyecta que en Colombia este Fenómeno ocasione pérdidas económicas por más de COP$3,7 billones.
Lo que se traduce en una disminución del 0,6 % en las horas laborales de los trabajadores formales y una reducción del 4,5% en el caso de los trabajadores informales durante periodos de bajas precipitaciones, lo que genera una pérdida del 6,4% en sus ingresos laborales mensuales.
Y es que el CCS calculó que, durante el periodo de 10 meses de impacto del Fenómeno de El Niño, (que va de septiembre de 2023 a junio de 2024, según lo estimado por el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera de los Estados Unidos -CPC/NOAA-), las pérdidas en el mercado laboral podrían superar los COP$3,7 billones, afectando tanto al sector formal como al informal.
Estas pérdidas representan aproximadamente el 0,25% del PIB. Las ciudades más afectadas serían Bogotá, con COP$1,08 billones; Medellín, con COP$592.000 millones; Cali, con COP$386.000 millones; y Barranquilla, con COP$343.000 millones.
“La reducción del 6,4% en los ingresos laborales de los trabajadores informales durante las sequías es motivo de preocupación ya que dificulta aún más los esfuerzos para reducir la pobreza, especialmente en el contexto actual”, dijo Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del CCS.
Las altas temperaturas, especialmente durante eventos climáticos extremos como El Niño, son la principal causa del deterioro en la productividad laboral. El estrés calórico resultante no solo disminuye la eficiencia del trabajador, sino que también puede tener graves efectos para la salud. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que los trabajadores pueden perder hasta un 50 % de su capacidad laboral cuando la temperatura supera los 33 °C.
Esta afectación se extiende a diversos sectores, especialmente aquellos en los que se desarrollan actividades al aire libre, como la agricultura, la construcción y la recolección de residuos. Por su parte, los trabajadores que laboran en espacios cerrados enfrentan riesgos debido al incremento de la temperatura, que puede generar fatiga mental y física, afectando la concentración y la toma de decisiones.
A su vez, la escasez de agua durante las sequías también impacta la productividad laboral. La ONU señala que, al menos, tres de cada cuatro empleos en el mundo dependen de la disponibilidad de agua. La baja disponibilidad del recurso y los racionamientos afectan la operatividad de las empresas, mientras que el incremento en el número de incendios de cobertura vegetal durante estos periodos, puede afectar la salud respiratoria de la población y generar interrupciones en la actividad laboral.
Peligros para los trabajadores
En este contexto, el Ministerio del Trabajo emitió recientemente la Circular 0012 del 2024, en la cual se establecen acciones de promoción y prevención en riesgos laborales en el marco de los efectos del Fenómeno del Niño. El documento advierte de aquellos peligros a los cuales se encuentran expuestos lo trabajadores que se desempeñan a altas temperaturas y entre los cuales se encuentran:
- Contaminantes físicos, debido a la exposición a elevadas temperaturas y radiaciones no ionizantes como los rayos ultravioleta (UV) emitidos por el sol, que pueden ocasionar alteración de la salud.
- Contaminantes químicos, debido a la inhalación de gases y vapores de sustancias potencialmente dañinas para la salud humana, las cuales aumentan su concentración en el ambiente debido a la baja dispersión de partículas por el calentamiento de las capas de aire y por la presencia de incendios de cobertura vegetal que liberan material particulado.
- Carga mental ocasionada por largas jornadas laborales y ausencia de periodos adecuados de descanso que podría exacerbar riesgos para la salud cuando se trabaja a altas temperaturas.