Bogotá — Tras haber cumplido un año desde la implementación de RADIAN, el sistema de facturación electrónica de la DIAN, Asoface (Asociación Colombiana de Factoring Electrónico) informó que hasta julio de 2023 se han endosado 1.289.377 facturas por un valor de $22.8 billones a través de la plataforma.
Una iniciativa que ha posicionado a Colombia como un referente en el mercado del factoring en América Latina, lo que ha facilitado los procesos de pago de facturas de las empresas y la liquidez de estas.
Esto se debe a que el modelo del factoring permite a las compañías ceder o vender una factura a un tercero para que este la pague anticipadamente, una alternativa que cada vez toma más fuerza ante los desafíos de liquidez que enfrentan las empresas nacionales en medio de la desaceleración económica.
Según FCI (Organismo representativo global para el factoring y cuentas por cobrar), en Latinoamérica, el mercado del factoring creció en el 2022 el 44% y a nivel global un 18.3%.
Actualmente, Colombia se destaca por sus avances en constituir la factura electrónica como “título valor” en lugar de “título ejecutivo” y en tener un sistema de registro de facturas administrado por una autoridad tributaria, en lugar de una entidad privada.
Según Pablo Santos, CEO de Finaktiva, estos aspectos han mejorado la confianza y mitigación del riesgo, lo que ayudará a escalar el mercado de factoring en el país, con expectativas de desembolsos de US$50.000 millones por año en un futuro cercano.
“En este sentido, alcanzar estos niveles de crecimiento, solo será posible a través de la adopción de nuevas tecnologías, algo en lo que algunas fintechs han venido trabajando y tienen una buena oferta de valor que permite a las empresas obtener liquidez, minimizar riesgos contables y cumplir con los requerimientos normativos”, enfatizó Santos.
Asimismo, el ejecutivo agrega que expectativas de crecimiento en Colombia apuntan a un incremento de 5 o 6 veces más de lo que registra el mercado actual, hasta alcanzar un indicador del 15% de facturas descontadas respecto al PIB, como ya lo han hecho otros países con experiencias similares.
Uno de los mayores beneficios que ha aportado RADIAN para el desarrollo del factoring en el país, es que reduce los riesgos de fraude o de duplicación de títulos o facturas de las empresas, minimizando el riesgo de que se hagan mal los pagos o se pague dos veces una misma factura.
Lo anterior ha sido una oportunidad para que se desarrollen herramientas tecnológicas que proveen una oferta completa de servicios alrededor del factoring, que no solo proporcionan liquidez, sino además conexión y seguridad. Esto ha permitido que ciertas organizaciones, en su mayoría fintech puedan llevar a cabo el servicio de factoring.
Adicionalmente, Santos agrega que ahora el gran reto de la industria del factoring es “democratizarlo” para que sea una herramienta que potencie la inclusión financiera, brindando fácil acceso y liquidez a las pymes. Además, de acuerdo con el último informe de la Supersociedades, los ingresos operacionales de las 1.000 empresas más grandes de Colombia equivalen al 83% del PIB del año pasado, es decir, $1.217 billones, lo que evidencia el duro contraste que hay con las más de 1.600.000 compañías que tiene el país, pues el 98.2% son micro y pequeñas empresas.