Bogotá — Varios participantes del sector energético colombiano se dieron cita para discutir del mecanismo que se debe seguir para poder ejecutar una transición energética confiable en el país.
La discusión la abrió el exministro de Minas y Energía, Amilkar Acosta, quien empezó analizando las tendencias mundiales. Explicó que en los próximos cinco años la demanda de crudo aumentará en 5.8 MMBD, y que la curva tiende a aplanarse solo a partir de 2030, cuando vendría un auge del gas, el cual está llamado a convertirse en el puente de la transición energética.
Pero dijo que el gobierno colombiano va contracorriente: “En el COP28, el presidente Petro fue más allá de decir que no firmará nuevos contratos de exploración y explotación de combustibles fósiles. Se adhirió al tratado de no proliferación de combustibles fósiles”
Frente a esto dijo que “todavía estamos esperando la hoja de ruta de la transición energética de Colombia que la exministra Vélez dijo que estaría lista para marzo pasado”. Y explicó que Colombia estaría dejando de recibir divisas por USD 24 mil millones anuales por concepto de exportaciones de crudo, y que importar 400 mil barriles al día, que es lo que necesita el país, costaría 16 mil millones de dólares anuales.
Por otro lado, el Senador David Luna, insistió en que sin reglas claras no vamos a tener transición energética y, por el contrario, tendríamos un colapso económico.
“Estamos viendo, además de pérdida de confianza, un desincentivo a la inversión debido a los mensajes contradictorios del gobierno”, dijo, y añadió que, si queremos hacer una apuesta en la transición energética, el gobierno tiene que decir cuáles son las alternativas, porque el sector minero-energético representa el 12% del PIB nacional y el 56% de las exportaciones. “Nos prometieron el cambio, pero el verdadero cambio es hacer. Nos estamos quedando en el discurso”, concluyó.
Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, mandó un mensaje claro: “Colombia tiene la capacidad instalada, desde el punto de vista de capital humano y capacidad de inversión, pero se debe complementar con una hoja de ruta clara, factible, razonable y pragmática que permita aterrizar esas potencialidades del país”.
Añadió, por ejemplo, que el gobierno debe resolver los cuellos de botella que no permiten que se desarrollen los proyectos de Fuentes No Convencionales de Energías Renovables FNCER, y advirtió que para 2028 podría haber un déficit en el abastecimiento de energía.
Carlos Arturo Saldarriaga, asesor técnico para la transición energética de la Unidad de Planeación Minero-Energética, dio un repaso por los últimos 100 años del sector eléctrico en Colombia y aseguró que están “trabajando en una herramienta que sea la hoja de ruta que marque hacia dónde vamos a ir, hacia qué vamos a construir en materia minero energética en el país”.
Y, entre otras cosas, añadió que “ya podemos generar un poco más de 1 Gigavatio en energías limpias. Es una tecnología que ya está y tenemos un enorme potencial para el desarrollo que queremos”.