Bogotá — Las discusiones entre industriales y agricultores para encontrar fórmulas para bajar el costo de vida en Colombia toman forma con las primeras propuestas que se conocen y que se llevarán a una mesa de diálogo con el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
En marzo el IPC se ubicó en el 13,34% y con ello marcó un nuevo máximo de la medición anual, con lo que se mantiene en niveles no vistos desde 1999.
Para atajar la inflación, la junta directiva del Banco de la República subió nuevamente las tasas de interés en 25 puntos básicos llevándola al 13%.
“Creemos que con el IPC desacelerándose de manera importante, así como los precios internacionales, de aquí en adelante la inflación se moderará en los próximos meses, sobre todo la de alimentos”, explicó a Bloomberg Línea el economista principal Scotiabank Colpatria, Sergio Olarte.
En este contexto desde el Gobierno hicieron un llamado en días pasados para que los empresarios ayuden a moderar la inflación de productos industriales y de servicios, según lo dijo el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.
Después, el mismo presidente Gustavo Petro señaló que han acordado con la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) y la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) diseñar e implementar medidas para la reducción de los precios de los alimentos.
No obstante, el presidente de la SAC, Jorge Enrique Bedoya, dijo a Bloomberg Línea que aún no se han realizado las reuniones para acordar las medidas antiinflacionarias, aunque ya se han unificado una serie de mensajes frente a lo que se debería hacer para combatir el aumento del costo de vida.
Inicialmente, los gremios han descartado de plano opciones como el control de precios, que, según dicen, podría generar más escasez y más inflación.
“La inflación es el resultado de la interacción entre la oferta y la demanda de alimentos, entonces el precio resultante es la inflación. Nosotros, que de alguna manera respondemos a lo que es la producción de alimentos, desde el Gobierno anterior vinimos insistiendo en asuntos que se pueden plantear desde la política pública para contribuir a reducir los costos de producir comida”, afirmó.
Según Bedoya, si se logra reducir el costo de producir comida seguramente más productores que salieron del mercado por los altos costos pueden volver a producir y eso pudiera llevar a que la oferta de alimentos se incremente.
Los precios de los alimentos en el país se han visto impactados por la volatilidad de la tasa de cambio, el alto costo del crédito por las subidas de las tasas de interés, el precio de los insumos en el mercado internacional, el impacto de las lluvias en las cosechas, el estado de las carreteras, entre otros.
Es así que dentro de las propuestas que la SAC lleva a la mesa destaca la de inyectarle “más presupuesto al subsidio a la tasa de interés para los créditos agropecuarios” para la producción de alimentos.
Según la SAC, el Gobierno colombiano destinó para este año $150.000 millones, pero “eso es muy similar a lo que había el año pasado”.
“Y como le hemos dicho al Gobierno, pues tiene que ser más. Si se quiere abaratar más el crédito para todos los productores, pequeños, medianos y grandes, debe haber una apuesta sólida por parte del Estado y tal vez evaluar si se focaliza en aquellos sectores a los que más les está pegando la inflación, y en especial, los cultivos de ciclo corto, para las actividades pecuarias también debería aplicar”, señaló Bedoya.
Entre otras acciones, dijo que si bien el Ministerio de Agricultura anunció esta semana $95.000 millones para el seguro agropecuario, desde la SAC consideran que es importante que esto se multiplique.
“Primero, porque los $95.000 millones pueden alcanzar para máximo unas 300.000 hectáreas aseguradas para que, si se llegan a perder por el invierno o las sequías, los productores tengan el dinero para volver a sembrar, o que se animen a sembrar si ya tienen el aseguramiento de sus cosechas. Pero Colombia tiene una frontera agrícola de 39 millones de hectáreas y evidentemente si es un país de pequeños productores en algunos sectores evidentemente se requerirán más recursos”, apuntó el directivo.
Otro punto a tratar será el asunto del estado de las vías, pues “indiscutiblemente todo lo que se haga en placa huella y en inversión en carreteras terciarias definitivamente es de alguna manera un seguro contra los costos del transporte. Habrá que discutir a propósito de este tema qué es lo que está ocurriendo con el precio de la gasolina y el diésel porque eso puede complicar la operación logística”.
“Y en el estado de las carreteras está el ejemplo de la vía de Rosas (Cauca), mire lo que pasó con el colapso del puente sobre el río La Vieja en la unión entre el departamento del Valle del Cauca y Quindío. Entonces ahí hay unas medidas que definitivamente se pueden evaluar e implementar, así como la estabilidad fiscal macroeconómica general y los anuncios para minimizar la volatilidad en la tasa de cambio, que obviamente les genera preocupación a los agentes del mercado”, finalizó el dirigente gremial.
Entre tanto, el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, había advertido sobre la importancia de caracterizar correctamente la inflación para tener soluciones concretas a un situación que, según dice, se inició con los problemas logísticos en la pandemia que derivaron en el desabastecimiento de productos y se vio fortalecida por la guerra en Ucrania.
“En Colombia tenemos razones locales que han venido fortaleciendo esta tendencia: el incremento de las tasas de interés ha venido produciendo un efecto muy fuerte en términos de financiación para las compañías, el incremento de la tasa de cambio que ha afectado a todos los productos importados y sus materias primas. (…) Finalmente, hay que resaltar el incremento en el transporte local, que ha tenido aumentos en los últimos tres años que han superado el 20%. El transporte pesa cerca del 16% en todos los productos, de manera que el incremento que se traslada al consumidor es muy grande”, apuntó.
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