Colombia reabre la discusión sobre la tasa de usura, su utilidad y sus retos

Uno de los grandes desafíos del país es controlar el crédito “gota gota” una modalidad ilegal que perjudica a quienes menos acceso tienen al sistema financiero formal

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Bogotá — El auge de las fintech en Colombia ha desembocado en que se reabra el debate sobre la tasa de usura, su utilidad y cómo esta es indispensable para que las entidades financieras sean actores clave en la bancarización e inclusión financiera de sectores más vulnerables.

En Colombia, el sistema financiero y el mercado de crédito se han venido transformando con la aparición de nuevos actores como las Fintechs y el uso de la tecnología.

Sin embargo, el país aún se enfrenta a un reto enorme: alrededor del 65% de los colombianos no pueden acceder a un crédito.

En este contexto, Colombia Fintech, en colaboración con ANIF, realizó un estudio cuyas recomendaciones están guiadas a impulsar la liberalización de tasas de interés, la democratización del acceso a los datos financieros y la implementación de pagos en tiempo real como pilares para dinamizar el crédito formal y reducir la dependencia de mecanismos informales.

De acuerdo a David Vélez, fundador y CEO de Nubank “las cifras del estudio de ANIF muestran claramente la exclusión que ha causado la tasa de usura en las poblaciones más vulnerables: casi cuatro de cada 10 colombianos de bajos ingresos recurren a prestamistas informales pagando tasas hasta del 360%. La tasa de usura tiene que ser revisada porque es el tipo de política pública que se crea con buenas intenciones, pero termina perjudicando significativamente a los que trata de ayudar. En este caso, casi la mitad de los colombianos terminan pagando intereses exorbitantes sin ninguna ley que los proteja”

Los resultados muestran una realidad preocupante: el acceso al crédito en Colombia es profundamente desigual e inequitativo.

A pesar de que los bancos son los prestamistas más comunes entre las personas (35.8%), a medida que disminuye su nivel de ingresos, aumenta su dependencia en fuentes de financiación informales como el gota a gota y familiares y amigos.

Con las empresas el panorama es similar: a medida que disminuye el tamaño de la empresa, aumenta la participación de mecanismos informales.

¿Cómo se endeudan los hogares colombianos?

El endeudamiento promedio en los hogares colombianos alcanza $10.300.000, donde el peso de los esquemas informales es alto. De ese total, los bancos financian el 34%, lo que equivale a unos $3.500.000; los familiares y amigos aportan el 15.4%, aproximadamente $1.600.000; y el gota a gota representa un preocupante 12%, es decir, cerca de $1.300.000 por hogar.

En esta encuesta también se encontró información sobre el bienestar nanciero de los colombianos. Alrededor de uno de cada tres personas en Colombia destina más del 30% de su salario al pago de deudas poniendo en riesgo su estabilidad financiera.

Frente a las empresas, se encontró que la gran mayoría pagan más del 30% de sus ingresos mensuales en deudas pendientes, lo cual afecta su potencial de crecimiento y sostenibilidad.

Con el propósito de generar información sobre las dinámicas reales del endeudamiento en el país, este estudio estimó la Tasa de Endeudamiento Real del mercado informal.

De acuerdo con los resultados, los “gota a gota” cobran una tasa de interés de alrededor de 380% a las personas, más de 10 veces la tasa de usura y, a las empresas, el “gota a gota” cobra tasas promedio de 666.5%, casi 23 veces el límite legal.

El estudio también señala el impacto del nivel educativo en las decisiones de endeudamiento. Aproximadamente el 50% de las personas con educación primaria recurren a financiamiento informal, mientras que aquellos con educación superior tienden a hacerlo en menor medida (alrededor del 30%). Esto refleja una deficiencia en los conocimientos financieros básicos y subraya la necesidad de promover la educación nanciera en el país.

“Los resultados de la encuesta demuestran que la tasa de usura fracasó. Lejos de proteger a los colombianos, la regulación está limitando la oferta de crédito, particularmente, para los segmentos más vulnerables de la población. Es momento de dar un debate informado frente a la tasa de usura, no podemos seguir dejando a las personas y empresas en manos del “gota a gota”, aseguró Gabriel Santos, presidente ejecutivo de Colombia Fintech.

Esta encuesta se completó con una serie de análisis sobre los cambios recientes sobre la metodología del cálculo de la tasa de usura sobre el mercado de crédito y la inclusión financiera.

Particularmente, la reciente reducción acelerada de la tasa de usura ha impactado de manera negativa el crecimiento de la cartera de crédito de consumo y microcrédito. Esto sugiere que un techo más bajo en la tasa de usura restringe el acceso al crédito para los consumidores, ya que las instituciones financieras están menos dispuestas a asumir un mayor riesgo al cobrar tasas de interés más bajas.

En este estudio Colombia Fintech presenta una serie de recomendaciones de política pública para dinamizar el mercado de crédito en el país. Particularmente, se plantea que es necesario establecer una metodología clara de cálculo del IBC que incluya la separación de los créditos de consumo y ordinario, para representar adecuadamente las condiciones del mercado.

De acuerdo con estimaciones este cambio, generaría una expansión de hasta 10 billones, o del 4,9%, en el stock total de la cartera disponible de crédito de consumo, al elevar el techo normativo y permitir la colocación de créditos a perles de mayor riesgo.

En términos prácticos, este cambio correspondería a un aumento en 8.9 millones de desembolsos promedio de consumo de bajo monto. Además, se propone que todas las modalidades de crédito existentes en el mercado puedan ser otorgadas a través de tarjetas de crédito y otros sistemas tecnológicos.