Bogotá — A pesar de ser una de las grandes apuestas del presidente Gustavo Petro, Colombia retrocedió con mucha fuerza en el Energy Transition Index del Foro Económico Mundial.
Colombia se ubicó en el 2022 en el puesto 29 y ahora, un año después, está en la casilla 39. Pero, además, el país, que era considerado el segundo país de la región, tras Brasil, ahora es el sexto mejor posicionado en América Latina.
En la región el mejor posicionado es Brasil que ocupa el puesto 14, le sigue Uruguay, en el 23, y Costa Rica, en el 25. Chile por su parte, aparece en el puesto 30, Paraguay en el 34, y tras Colombia en el 39 figuran El Salvador en el 47, Panamá en el 51 y Perú en el 53.
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Los países con mejores resultados en la dimensión de equidad han sido capaces de gestionar los problemas de asequibilidad gracias a una menor dependencia de las importaciones de energía y a unos precios de la energía que reflejan los costes.
Omán, Canadá, Estados Unidos y Suecia obtienen las mejores puntuaciones en esta dimensión. Los problemas crónicos de acceso a la energía se reflejan en las bajas puntuaciones de la República Democrática del Congo, Zambia, Tanzania y Senegal en esta dimensión.
Los países con mejor puntuación en la dimensión de seguridad son principalmente economías avanzadas, como Estados Unidos, Australia y Estonia, seguidos de Malasia, un país en desarrollo. Todos estos países tienen una combinación energética muy diversificada, una dependencia mínima de las importaciones de combustible y unas interrupciones mínimas en el suministro de energía.
Los países que obtienen las puntuaciones más bajas son Líbano, Jamaica y República Dominicana, sobre todo por los problemas que plantean la diversidad de la combinación energética, la necesidad de importar energía y las pérdidas de electricidad.
América Latina encabeza la tabla en la dimensión sostenible con Costa Rica, Paraguay y Uruguay, debido a su abundante potencial hidroeléctrico. Bahréin, Kuwait, Omán y Qatar, países exportadores de combustibles fósiles, obtienen las puntuaciones más bajas en esta dimensión, atribuidas a una elevada intensidad energética y de carbono y a una proporción muy baja de energías limpias en el mix energético.
De estos resultados se deduce que, independientemente del desarrollo económico, los países pueden aprovechar los distintos recursos disponibles para llevar a cabo con éxito la transición en varios aspectos del triángulo energético.
Los primeros diez puestos en el índice los ocuparon:
- Suecia
- Dinamarca
- Noruega
- Finlandia
- Suiza
- Islandia
- Francia
- Austria
- Países Bajos
- Estonia