Bogotá — El desplome de 40,9% del recaudo tributario en Colombia para el mes de abril de este año, y de 15% en términos reales frente al acumulado a abril de 2023, más estimaciones de un hueco fiscal para este año que supera los COP$25 billones, prenden las armas sobre si el país le está pisando los talones a una crisis fiscal. Esto dicen los expertos:
Ver más: Sector privado pide a gritos reactivación: ¿soplan vientos de recesión en Colombia?
José Ignacio López, presidente de ANIF, le dijo a Bloomberg Línea que aunque las noticias de abril fueron particularmente malas, todavía hay tiempo suficiente para que el Gobierno sincere sus cuentas fiscales y que la oportunidad más propicia es el Marco Fiscal (que se va a presentar el próximo 14 de junio), porque seguramente todos los analistas y el mercado financiero van a estar muy atentos a cómo se proyectan las sendas de recaudo de gasto.
“Esa sería una oportunidad para mandar un mensaje de tranquilidad. Dado que el recaudo viene mal, que hay unas fuentes que no se van a materializar como se habían programado, lo mejor es de una vez anunciar el recorte de gasto”, dijo.
En esa línea, sostuvo que cálculos de ANIF apuntan a un hueco fiscal de COP$26 billones en 2024, “entonces, más o menos se tendría que anunciar un recorte de gasto por una cifra similar. Puede ser un poco menor y luego mirar otros márgenes de maniobra, pero en general esa es la cifra que tenemos”.
Por su parte, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, le dijo a este medio que “es una situación difícil, pero no lo llamaría una crisis fiscal. Llegaríamos a esa crisis si no se toman las medidas correctivas, en especial el necesario recorte del gasto, que estimamos debe ser del orden de COP$20 billones”.
Y coincidió en manifestar que estas decisiones se tendrán que anunciar en la publicación del nuevo Marco Fiscal en las próximas semanas.
¿Por qué cayó tanto el recaudo?
Buena parte de esta caída en las cifras de abril, de acuerdo con ANIF, se explica por un menor recaudo de la DIAN en el impuesto de renta y renta-cuotas, que frente al mismo mes del año pasado cayó 51%.
A lo que se suma que estas cifras mensuales están afectadas por un cambio en el calendario tributario. Este año el primer pago de renta de personas jurídicas cayó en mayo, y no en abril como el año pasado, por lo cual las comparaciones anuales pueden amplificar la reducción en el recaudo.
“Asumiendo que el recaudo en mayo creció en términos nominales cerca al 11%, como lo declaró recientemente el saliente director de la DIAN, Luis Carlos Reyes, la caída en el impuesto de renta sumando abril y mayo sería cercana al 2%. Frente a la meta de recaudo, las cifras reveladas en el acumulado enero-abril alcanzan un cumplimiento de 73% y un faltante de COP$12 billones en términos netos”, dice el Centro de Estudios Económicos.
Y agrega otros asuntos: el primero, que el recaudo tributario estaría siendo afectado no solo por un menor dinamismo de la economía como un todo, sino por la divergencia sectorial observada desde el año pasado. Los sectores que durante los últimos años más aportaron al recaudo tributario, como minas y canteras, industria, y comercio, tuvieron un pobre desempeño en 2023, y de acuerdo con las cifras preliminares continuarán con un bajo dinamismo en 2024.
Ver más: Crisis de caja del Gobierno se agrava por el bajo recaudo que logra la DIAN
Y el segundo, el faltante de ingresos asociados a los arbitramentos de litigios tributarios que fueron programados para este año: inicialmente el Gobierno programó COP$15 billones de ingresos para este año por este concepto, que luego fueron revisados a COP$10 billones en la actualización del Plan Financiero. Ingresos no se materializarán.
Ingresos tributarios en 2024
Proyecciones de ANIF indican que los ingresos tributarios brutos para este año estarían en COP$286 billones. Lo que, en términos netos y descontando la mayoría de los ingresos de litigios, sugieren un faltante por COP$26,3 billones frente a los COP$289 billones de recaudo neto de la Dian programados en el Plan Financiero.
Unas cuentas que, destaca la firma, tienen un alto nivel de incertidumbre y en buena parte dependen del comportamiento de la actividad económica y de los ingresos fiscales del segundo semestre.