Bogotá — Con el propósito de garantizar una atención efectiva antes los efectos que tendrá en el país el Fenómeno de El Niño, Colombia destinó un presupuesto de $2,2 billones para atender las emergencias que genere el efecto climático.
Se definió un plan que orientará acciones estratégicas de prevención y atención inmediata de las emergencias, fortaleciendo las capacidades de los organismos que conforman el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, para anticiparse y adaptar los territorios a los impactos asociados al fenómeno en Colombia.
“Como Gobierno Nacional trabajamos para garantizar la seguridad alimentaria y energética, así como la resiliencia en los territorios que tendrán gran impacto por los efectos del fenómeno. Estamos en una etapa de incertidumbre con situaciones que no se habían visto antes. Por eso debemos hacer un seguimiento constante”, manifestó Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
En la construcción del plan se logró identificar 176 municipios con alto riesgo de emergencias y los cuales cuentan con baja capacidad operativa y presupuestal para hacer frente a ellas.
Por esta razón, se plantearon cuatro pilares enfocados en reducir la vulnerabilidad de los sectores y territorios; fortalecer la capacidad de respuesta y preparación institucional y de las comunidades; establecer líneas estratégicas para los territorios a nivel departamental y municipal y fortalecer la articulación de actores del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y el Sistema Nacional Ambiental (SINA), incluyendo la cooperación internacional.
“Estamos priorizando comunidades que han sido víctimas del conflicto, que por motivos de desplazamiento llegaron a zonas sin agua o a las orillas de ríos, por eso se encuentran en riesgo. Tenemos 33 municipios con prioridad alta, principalmente en el norte del país, donde casi la totalidad de poblaciones de La Guajira van a ser atendidas”, señaló Olmedo López, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
El plan involucra una sinergia de entidades nacionales, quienes, desde su competencia, aportarán a la prevención de las emergencias con la implementación de estrategias de prevención, mantenimiento de infraestructura vial, campañas de sensibilización, optimización de acueductos y suministros de combustibles para la generación eléctrica ante posibles restricciones del servicio.
“La probabilidad de un fenómeno fuerte será entre el 75% y el 85%, donde hemos evidenciado que sus condiciones están generando más temperaturas altas que precipitaciones. Tenemos un año de incertidumbre climática donde se está materializando la crisis global, así lo hemos evidenciado con registros de temperaturas que no son normales para la época”, puntualizó Ghisliane Echeverry, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).
Por otro lado, se adoptó el protocolo para atender los incendios forestales en Colombia que busca la activación de respuesta aérea, terrestre y fluvial generando una atención más oportuna y efectiva para reducir así el riesgo en las comunidades y las áreas que podrían verse afectadas.
En este protocolo se revisó la situación particular de la Amazonía, donde se presentan alertas por altas temperaturas y registro de incendios a 300 kilómetros de la frontera con Brasil. En la región trabajan 14 brigadas contra incendios y se articulan en seguimiento con los gobiernos de Brasil, Ecuador y Perú para poder atender las emergencias.