Bogotá — Las proyecciones apuntan a que Colombia podría llegar a tener 10 millones de adultos mayores para el 2031, lo que significaría un aumento del 41 % frente a las cifras del 2021, lo que generará a su vez desafíos para el país en materia de salud pública, jubilaciones, entre otros, a medida que se empiezan a dar señales de una población que se envejece y también se hace más longeva, de acuerdo a cálculos del Gobierno.
“La caída de los nacimientos es la última muestra de una tendencia que se viene consolidando hace mucho tiempo, que es clara y que es ineludible que es el envejecimiento de la población. Poco a poco estamos transformándonos de ser una población con muchos jóvenes y pocos viejos, a una población que va a ser mayoritariamente de adultos y eventualmente de adultos mayores”, dijo a Bloomberg Línea el vicepresidente de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantías (Asofondos), Daniel Wills.
El año pasado se reportaron en Colombia un total de 569.311 nacimientos, lo que significó una disminución del 7,7% frente al 2021 cuando se registraron 616.914. “Esta disminución es histórica si se considera que en el último decenio las reducciones interanuales reportadas oscilan entre el -2,1% y el -1,0%”, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
En opinión de Wills, en la medida en que la población de adultos mayores crezca, quienes vengan detrás tienen que llegar a la edad de jubilación “con la pensión debajo del brazo”.
“Tenemos que irla ahorrando porque ya los sistemas que se basan en que los jóvenes contribuyen para pagarle la pensión a los viejos ya no son sostenibles”, afirmó Daniel Wills.
De acuerdo a un informe del Banco de la República, estos cambios demográficos generarán alteraciones en la tasa de dependencia, que es el cociente entre la población en edad de trabajar y en edad de jubilación.
Para el 2060 se espera que por casi dos personas en edad de trabajar en Colombia haya una en edad de pensión.
“Estas proyecciones marcan un fuerte cambio estructural, toda vez que en la década de los ochenta del siglo pasado la tasa de dependencia era mayor a 8 y, yendo más atrás, en los años cincuenta del mismo siglo, mayor a 9″, indica el Banco de la República.
El incremento de la edad promedio en Colombia presenta un panorama que va a ejercer presión en el mercado laboral, que debe ser insumo para incrementar las cotizaciones al sistema de pensiones al fomentar la formalización del trabajo (clave para quitarle presión a las necesidades de subsidios futuras). Esto junto a la reforma a la salud, que debe garantizar cuidado y bienestar a una población más longeva. Todo esto en un entorno demográfico que no parece ser un escenario ideal en este aspecto.
José Andrés Rueda Montaño, académico
A propósito de este debate, el vicepresidente de Riesgo en el fondo de pensiones Protección, Juan Pablo Espinosa, consideró que “la transición demográfica que se está evidenciando a nivel global es un factor clave a considerar ya que, la baja tasa de natalidad y a la vez el aumento de la expectativa de vida, impacta fuertemente un sistema de reparto y exige fortalecer el ahorro individual”.
“Los trabajadores jóvenes en Colombia deberán apropiarse de su futuro ahorrando y entendiendo que para su vejez muy posiblemente no habrá una masa joven de cotizantes capaz de financiar sus pensiones. Por lo que, es deber y responsabilidad de todos pensar en un mecanismo sostenible a largo plazo que pueda garantizar pensiones futuras, mecanismo que no es otro distinto al ahorro”, respondió a una consulta de este medio.
¿A qué se debe la importante caída de nacimientos y qué nos muestra?
La investigadora y docente Universidad Externado, Diva Marcela García, dice a Bloomberg Línea que esta es una tendencia que viene sucediendo no solo en Colombia sino en todo el mundo hace varias décadas y que esto se debe a múltiples factores.
“Esto se puede explicar básicamente por los cambios en las formas de producción. Antes tener muchos hijos era una herramienta estratégica para la supervivencia en la vida rural y hoy en día con el cambio de formas de producción ya no representa necesariamente esas ventajas”, señaló.
También se refirió a la expansión de los métodos anticonceptivos y sobre todo las transformaciones de los roles de género, principalmente por la incorporación de las mujeres en el mercado laboral y otros escenarios de la vida distintos relacionados con la reproducción y con el cuidado, lo que hace más difícil tener tantos hijos.
Los analistas consultados por Bloomberg Línea confirman que Colombia está cambiando demográficamente, pues en el año 2000 el 32,6% de la población tenía 15 años o menos versus el 21,1% en 2023.
Y en el otro lado del espectro, en ese mismo período la población encima de los 60 años aumentó del 14,2% al 6,8%.
Asimismo, la población total pasó de 39 millones en el 2000 a 52 millones en 2023, de acuerdo a cifras compartidas por el docente Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas en la Universidad de América, José Andrés Rueda Montaño.
En 2022, explica la profesora de la Universidad Externado, se reflejó el coletazo de la pandemia en la natalidad.
“Lo que hizo fue restringir mucho más la decisión de tener hijos. Sabemos que en el contexto de ciertas coyunturas económicas desfavorables la decisión de tener hijos se piensa mucho más. De manera que lo que estamos teniendo es un cambio social de grueso calado que hace hoy que las familias sean más pequeñas, sumado a un elemento coyuntural que aceleró esta tendencia de la reducción de la fecundidad”, añadió.
¿Por qué preocupa a Colombia el envejecimiento de su población?
El académico Rueda Montaño dice que “el incremento de la edad promedio en Colombia hace que cada vez entren más personas en el mercado laboral, situación que reclama una reforma que genere los nuevos empleos que requiere el país, que contribuyan a la formalización laboral y que incrementen los aportes totales a los sistemas de salud y pensión, reduciendo así la presión sobre el presupuesto nacional de otorgar subsidios en el futuro”.
“El hecho de que los colombianos vivan más tendrá un precio”, lo que se evidencia en que el gasto en salud pasó del 4,31% del PIB en el 2000 al 7,07% en plena pandemia (en 2019 fue del 6,28%), expone.
Se refirió puntualmente a la reforma pensional que radicó el Gobierno del presidente Gustavo Petro que propone un modelo por pilares (solidario, semicontributivo, contributivo y de ahorro voluntario).
Según Montaño, “el sistema de pilares propuesto requiere una población creciente, en el que la base joven soporta los que están pensionados”.
Sin embargo, “la tasa de fecundidad en el 2022 es de 1,85 por mujer, lo que significa que no alcanzamos a reemplazar a las personas que fallecen con nuevos nacimientos. Esta tendencia nos aleja del crecimiento poblacional”.
Ante este panorama, “los colombianos jóvenes tendrán una carga importante para ayudar a los pensionados, pero ellos, a menos de que se revierta la tendencia demográfica, van a tener serios problemas para financiar el capital de su pensión”.
A pesar de la reducción de la fecundidad, Diva Marcela García matiza que el país aún cuenta con un grueso de la población en edades jóvenes.
Es decir, colombianos que nacieron en esas generaciones en las que todavía se tenían muchos hijos, lo que se ha conocido como el bono demográfico.
Esta es “la etapa en la cual un país está teniendo mayor cantidad de población en edad laboral, en edad adulta. Tiene como un superávit en ese grupo poblacional y va a tener menos carga del cuidado. Nosotros estamos justo en ese momento. En muchas regiones del país se está hablando de que ya estamos hacia el final de ese bono demográfico”, remató.
Con esto, concluye que el país aún no está en un proceso de “envejecimiento inminente”, pero eventualmente sí sucederá porque esas generaciones que están en el bono demográfico (en las edades laborales) llegarán a viejas de manera conjunta y van a tener una mayor longevidad.
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