Bloomberg — La desaceleración de la inflación y la debilidad de la economía colombiana requieren recortes más agresivos de las tasas de interés, aunque las autoridades monetarias deben permanecer atentas a los riesgos potenciales que se presenten, según Bibiana Taboada, miembro de la junta del banco central.
El hecho de que la inflación haya estado por encima de la meta durante los últimos tres años exige prudencia, incluso después de que en febrero disminuyera al ritmo más lento en casi dos años, dijo Taboada en una entrevista.
“Desde la junta pasada, dijimos que en la medida en que la inflación lo permita, y que los datos en general lo permitan, veíamos la posibilidad tener recortes de un tamaño un poco más alto”, afirmó. “La información que ha venido saliendo se mueve en esa dirección”.
Colombia sigue teniendo los costos de endeudamiento más altos entre las economías latinoamericanas con sistemas de meta de inflación, tras dos recortes de un cuarto de punto cada uno, que situaron la tasa clave en 12,75%.
Desde que la junta directiva del banco se reunió en enero, los datos de inflación han mostrado que el fenómeno meteorológico de El Niño no ha provocado grandes shocks en los precios de los alimentos, aunque existen dudas sobre su impacto en la energía de las centrales hidroeléctricas. Los efectos de la indexación derivada de un aumento del 12% en el salario mínimo no han sido pronunciados, a excepción de algunos indicadores de alquileres y educación.
Flexibilización “ordenada”
Taboada, economista con un máster de Harvard Kennedy School, dijo que un ciclo de flexibilización monetaria “ordenado” es preferible a realizar recortes de tasas muy grandes y tener que revertir el rumbo si la inflación se desvía de su objetivo a largo plazo.
“Si bien uno no puede decir exactamente cómo va a ser el ciclo, y siempre decimos que dependemos de los datos, uno tiene que ser cuidadoso en no sorprender en exceso al mercado”, afirmó. “Uno preferiría que fuera una senda más predecible”.
En reuniones anteriores, la junta del banco central ha discrepado sobre la magnitud de los recortes de tasas, y el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha argumentado que Colombia necesita acelerar el ciclo de flexibilización porque la tasa de inflación anual ha disminuido durante 11 meses consecutivos y es hora de estimular la demanda interna. Bonilla ha dicho que el banco debería considerar recortes de más de medio punto porcentual en la reunión del 22 de marzo.
El gerente general del ente emisor, Leonardo Villar, ha dicho que el banco debe ser prudente, ya que persisten los riesgos inflacionarios, y rápidos recortes de tasas podrían provocar salidas de capital y debilitar el peso. Sin embargo, ha afirmado que una vez que se den las condiciones, las autoridades podrán relajar la política monetaria más rápidamente.
La inflación se desaceleró al 7,74% en febrero desde un máximo del 13,34%, mientras que los aumentos de precios que excluyen los alimentos y los artículos regulados han disminuido al 8,53%, todavía casi tres veces la meta de inflación del banco central del 3%, más o menos 1 punto porcentual.
Colombia debería estar abierta a hacer una pausa en el ciclo si hay sorpresas para entender la información y tener más certezas, dijo Taboada.
Lecciones de Chile
Las autoridades colombianas también son conscientes del riesgo que suponen para el tipo de cambio grandes cambios en la política monetaria, advirtió Taboada.
“Una de las cautelas que uno debe tener es comunicar de alguna manera clara al mercado para que no haya sorpresas y no se generen depreciaciones de la tasa de cambio a causa de recortes inesperados en la tasa de interés, como ocurrió en Chile”, sostuvo.
Las autoridades chilenas han sorprendido a los mercados con recortes de tasas mayores a lo esperado, y la moneda del país se ha debilitado casi un 7% frente al dólar este año, el peor desempeño entre las divisas de mercados emergentes que analiza Bloomberg, después de la lira turca.
Colombia no tiene como objetivo ningún nivel de tipo de cambio y lo deja flotar libremente, pero el banco central debe evitar fuertes depreciaciones que podrían avivar la inflación e impedir que converja hacia la meta, lo que las autoridades esperan que suceda a mediados de 2025, explicó.
Los analistas encuestados por el banco central en febrero esperaban que los siete miembros de la junta bajaran la tasa de referencia al 12,25% en la reunión de este mes, mientras que los operadores del mercado de swaps de tasas de interés descuentan una tasa del 8,5% en los próximos 12 meses.
Golpe a la inversión
El producto interno bruto de Colombia creció solo un 0,6% el año pasado, la menor tasa desde 1999 sin contar la pandemia, con contracciones en sectores clave como manufactura, construcción y petróleo y minería. Los economistas del banco central pronostican un crecimiento del PIB inferior al 1% este año.
La banquera central de 42 años dijo que, si bien se esperaba una desaceleración del producto interno bruto agregado, la caída de la inversión privada fue mucho peor de lo previsto.
“La inversión cayó más de lo esperado, seguramente en alguna medida, por el elevado nivel de tasas, pero también por un ambiente que no ha sido amigable a la inversión privada”, afirmó.