Bogotá — El Banco de la República en su reunión de política monetaria en septiembre decidió dejar inalteradas las tasas de interés en el 13,25%.
La decisión se separa de lo que han hecho hasta el momento los bancos centrales de Brasil, Chile y Perú en donde ya comenzó el recorte de tipos de interés.
A pesar de los llamados del presidente de Colombia, Gustavo Petro, la Junta decidió que por ahora no hay señales suficientes del control de la inflación para reducir las tasas.
Cinco directores votaron a favor de esta decisión y dos lo hicieron por un recorte de 25 puntos básicos.
En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta que la inflación total en agosto fue de 0,7%, por encima del 0,5% esperado por el equipo técnico y el mercado. En términos anuales la inflación total se ubicó en 11,4%, descendiendo por quinto mes consecutivo y la inflación básica (sin alimentos ni regulados) se redujo por segundo mes, llegando a 9,9%.
Destacó también que a pesar de la reducción de la inflación anual, su nivel se mantuvo alto y alejado de la meta. Las expectativas de inflación registraron ligeras variaciones. En el caso de los analistas, sus expectativas de inflación según la encuesta de agosto aumentaron a 5% para finales de 2024 en la mediana de la muestra. Las expectativas que se extraen de los mercados financieros también aumentaron entre agosto y septiembre.
Así mismo, contempló que los indicadores de alta frecuencia muestran que la economía se ha continuado desacelerando. Sin embargo, en el agregado la actividad económica se mantiene en niveles superiores a los que se observarían de haberse mantenido la tendencia de crecimiento previa a la pandemia. Estos elevados niveles de actividad han estado acompañados de dinamismo en el mercado laboral, el cual sigue registrando crecimientos de la ocupación y tasas de desempleo inferiores a las de los últimos cinco años.
La Junta subrayó que una inflación alta genera elevados costos para la economía en términos de crecimiento y equidad, y dificulta el financiamiento a largo plazo para los sectores público y privado. Adicionalmente, introduce distorsiones en la asignación de recursos y genera redistribuciones en contra de los estratos de ingresos bajos de la población.
La mayoría de la Junta consideró que con la información disponible no es prudente iniciar un proceso de reducción de las tasas de interés, cuya sostenibilidad en el tiempo enfrentaría riesgos importantes.