Bogotá — Para cumplir con la Ley 2101 de 2021, a partir del próximo 15 de julio las empresas deberán reducir una hora la jornada laboral, con lo que se pasará entonces de 48 horas semanales de trabajo a 47.
Lo anterior, sin afectar el salario que devengan los trabajadores o sus prestaciones.
Esa medida, de carácter obligatorio para empresas privadas y estatales, establece una reducción paulatina que pretende que en 2026 las horas semanales trabajadas sean en total 42.
El viceministro de Relaciones Laborales e Inspección, Edwin Palma, le dijo a Bloomberg Línea que esta normativa es “un paso adecuado, aunque tímido, para acercar la jornada laboral a los estándares internacionales, somos el segundo país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) con la mayor jornada de trabajo. Esto permitirá a los trabajadores y trabajadoras colombianas destinar un poco más de tiempo a su vida familiar y personal sin afectar sus ingresos. Por eso, la reducción de la jornada de trabajo tiene como fin el descanso, lo que llaman ahora algunos sociólogos “la soberanía del tiempo”, más no que haya más horas extras”.
A lo que agregó que las empresas pueden y deben, a través del diálogo social con sus trabajadores, acordar esquemas de trabajo para que se cumpla la Ley y aumente la productividad, como ha sucedido en países donde ya es una realidad la reducción de los tiempos de trabajo.
Teniendo en cuenta que la Ley 2101 de 2021 generó modificaciones al Código Sustantivo del Trabajo, estas son normas de obligatorio cumplimiento, por lo que los empleadores que no cumplan con la reducción de la jornada laboral, se exponen a sanciones expuestas en la Ley laboral.
Por ejemplo, este incumplimiento podría hacer que un trabajador tenga justa causa para terminar su contrato de forma unilateral y exija así el pago de las indemnizaciones respectivas.
Frente a la distribución de las horas laboradas, será de común acuerdo entre los trabajadores y los empleadores y, en todo caso, se debe garantizar una jornada libre.
Sobre cómo impacta esta medida a las empresas y su productividad, el viceministro Palma enfatizó que este indicador no disminuirá sino que aumentará.
“Quiero insistir que la reducción de jornada no genera impactos negativos en la productividad, sino que reconoce que la productividad de nuestras empresas y del país en general avanza positivamente en un proceso de maduración, que de todas maneras buscamos acelerar. Cuanto más productivos son los empleadores y trabajadores, se ejecutan las tareas de manera más eficiente, rentable y con menor tiempo de dedicación. Estas horas liberadas serán utilizadas para actividades de formación y vida familiar e incluso en recreación, entretenimiento, también dinamizando otros sectores económicos”, explicó el funcionario.
Asimismo, dijo que el Ministerio del Trabajo, en cabeza de Gloria Inés Ramírez, monitoreará el impacto de esta reducción de jornada en el tejido empresarial, la productividad laboral y la rentabilidad de empresas, y que de ser necesario se propondrán medidas apropiadas en cada caso.
Para el viceministro, las normas laborales necesitan actualizarse a las realidades económicas y sociales que vive Colombia y que demandan darle mejor calidad de vida a las personas que trabajan y mejorar la productividad de manera sustancial. “Como repite con insistencia nuestro Presidente, debemos dar un salto en la generación de valor agregado y eso no se hace con arduas jornadas de trabajo sino con conocimiento, tecnología y educación”.
Y en ese sentido refirió que han encontrado que hay empresas con autorizaciones, expedidas por la cartera de Trabajo hace varios lustros, para laborar horas extras. “Eso lo vamos a revisar para que las empresas que necesiten esas autorizaciones las soliciten periódicamente y que nuestros inspectores puedan verificar que se cumple la Ley y que dichas autorizaciones no impliquen explotación laboral”.
