Bogotá — La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos ve una probabilidad del 80% para que en el segundo semestre se presente un Fenómeno de El Niño de intensidad media. En Colombia hay preocupación por la fortaleza del sistema eléctrico nacional para afrontar el posible evento y ni siquiera la entrada de otras 2 turbinas de Hidroituango podrían ser suficientes para evitar un racionamiento de energía.
“Las cuentas están muy apretadas. Si me pregunta hoy y El Niño fuera en el segundo semestre y durara un par de meses, pues tenemos con qué aguantar porque el embalse tiene un buen nivel a pesar de que ha venido disminuyendo rápidamente. Pero si hablamos de un Niño que se prolonga, que sea largo, que haya una sequía larga, las cuentas están muy justas y yo no descartaría un racionamiento”, le dice a Bloomberg Línea Alejandro Lucio, gerente de Óptima Consultores y expresidente de Derivex.
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El gerente general de EPM, Andrés Carrillo, aseguró que en noviembre 30 a más tardar entrarán las turbinas 3 y 4 del proyecto Hidroituango, y además, aseguró que “de no haber entrado las primeras dos unidades a tiempo seguramente estaríamos muy posiblemente, expuestos a un racionamiento”, dijo Carrillo.
Pero a pesar de eso, Lucio no está seguro de que la entrada de Ituango sea suficiente para afrontar El Niño. “Sin duda ayudaría que entraran. Eso son 600 megas más para el sistema que en generación hidráulica es algo importante. Ahora, ayuda, pero no estoy muy seguro que las turbinas 3 y 4 puedan entrar en noviembre, pero asumiendo que sí, creo que el sistema está muy justo en lo que conocemos como energía en firme. O sea, toda la energía que se necesita cuando hay poca agua y hay que recordar que Hidroituango es una planta muy grande, pero no es un embalse tan grande. En términos de reserva aporta, pero no tanto. Estamos en manos de qué tan extenso y qué tan ácido sea El Niño. Un Niño prolongado y fuerte, como han sido los últimos en Colombia, sí nos pone en riesgo de desabastecimiento”.
Durante el Congreso de Acolgen, Irene Vélez, ministra de Minas y Energía, aseguró que las reservas hídricas de Colombia hoy están 10 puntos por encima del nivel que se registró durante el fenómeno que tuvo el país en 2010 y, además, 17 puntos más alto que durante el Fenómeno de El Niño del 2015-2016. Además, recordó que se estima que los cargos por confiabilidad pagados por los usuarios, desde que se creó esta figura y hasta la fecha, suman $68 billones.
Al respecto Alejandro Lucio dijo que “hoy, a diferencia de lo que pasó en 2015 y 2016, cuando las térmicas tuvieron problemas financieros a raíz de que les estaba costando más generar que lo que el sistema les pagaba por generar, y por eso estaban perdiendo un montón de plata y ahí vino la discusión del cargo por confiabilidad, hoy en día ese problema del precio de escasez se superó y no ve problema para que entren a generar”.
Sin embargo, más allá del parte de tranquilidad que Lucio ve en ese frente, alerta que los precios serán altos. “El problema es que van a entrar a generar a un costo muy alto, y eso hace que el famoso precio en bolsa se suba, y mucho, y pues eso va a impactar la tarifa, ahora, tenemos que entender que la demanda de energía en Colombia se ha venido incrementando y que con solo el parque térmico no va a ser suficiente para atender la demanda, vamos a necesitar el parque hidráulico, entonces una muy buena administración del embalse y un Niño no tan prologando es lo que nos va a dar la tranquilidad de que esa combinación entre generación hidráulica con poca agua (pero que se seguirá dando), y la generación térmica disponible, sean suficientes para atender la demanda”.
¿Y si hay racionamiento?
En la década de los 90 Colombia experimentó un fuerte racionamiento de energía que dio origen al sistema que hoy se tiene y el cual en diversos escenarios se ha pedido proteger.
Sin embargo, a pesar de que la ministra Vélez no cree que el racionamiento sea un escenario posible, Lucio sí lo ve viable, aunque no sería tan severo como el que se presentó al final del siglo pasado.
“Creería que no tan grave como el de los 90, tenemos un sistema mucho más robusto. Tenemos algunos descalces que pueden implicar que en horas del día tengamos racionamiento, pero va a depender de las medidas que se tomen”.
Es por ello que Lucio considera que es necesario que la discusión entre los diferentes actores sea más sincera de modo tal que las medidas que se adopten sean las indicadas.
“Si el sistema, el Gobierno y los usuarios, nos sinceramos y entendemos lo delicado que es esto, se pueden replicar experiencias exitosas del pasado como en el Gobierno Santos con el “Apagar paga”, fomentar la reducción de la demanda, consumo eficiente de energía, preparar a la industria para que tengan listas sus plantas de autogeneración de respaldo, es decir, si sinceramos la discusión nos podemos preparar para tomar medidas guiadas a evitar un racionamiento grande, y si hay que racionar en unas horas del día, que no sea como pasó en el 92 que eran 5 y 6 horas del día sin energía, porque como vamos, nos vamos a ver a gatas. Dependerá de las medidas que tomemos”, concluyó Lucio.
