Bogotá — El Gobierno de Gustavo Petro está afanado buscando reactivar la economía, una de las razones por las cuales el recaudo tributario no ha sido el ideal. Su estrategia incluye definir nuevas inversiones forzosas para el sector bancario, pero desde distintos sectores advierten que hacerlo puede terminar encareciendo el crédito en el país.
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Las inversiones forzosas no son nuevas en el país. Históricamente, se han implementado y desmontado debido a sus efectos distorsionadores en el mercado financiero. Actualmente, la única inversión forzosa para los establecimientos de crédito en Colombia son los Títulos de Desarrollo Agropecuario (TDA). Fueron creados por la ley 16 de 1990 y emitidos por Finagro, están indexados a la DTF o la IBR menos un margen, con un plazo de un año. Los establecimientos de crédito deben destinar el 1% de sus inversiones a estos instrumentos.
Corficolombiana advierte que incrementar las inversiones forzosas reduce el margen de intermediación, disminuyendo las utilidades y el potencial de crecimiento de los establecimientos de crédito, deteriorando su liquidez y afectando decisiones sobre colocación, inversión y financiamiento.
Además, asegura que esto es preocupante en el contexto actual de ajuste de este tipo de entidades. Sostiene que un aumento en las inversiones forzosas podría reducir la participación relativa de la cartera de créditos, afectando especialmente segmentos sensibles como el crédito a la microempresa.
José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda de Gustavo Petro entre 2022 y 2023, dijo con relación a la propuesta del presidente de ampliar este tipo de inversiones que pertenecen a “un esquema del pasado, que solo se ha mantenido para el sector agropecuario”.
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En ese sentido, Ocampo indicó que “lo que se necesita son acciones coordinadas del Grupo Bicentenario, que reúne a las entidades financieras del sector público. A través del Grupo se pueden otorgar líneas de crédito, algunas concesionales, así como garantías”.
También manifestó el exfuncionario, hoy profesor en la Universidad de Columbia, que “un esquema de este tipo es el programa de financiamiento de la economía popular lanzado a finales del 2022, que no ha sido implementado adecuadamente. Un buen programa de crédito puede y debe ser además concertado con el sector financiero privado”.
Desde Corfi también advierten que las inversiones forzosas representan deudas para las Sociedades Públicas Financieras (SPF), aumentando la deuda pública, aunque no la del Gobierno Nacional Central (GNC). Y dicen que un uso excesivo de inversiones forzosas podría deteriorar la calidad crediticia y encarecer la deuda soberana y el costo del capital propio.
Otro de los que ha advertido la inconveniencia de implementar más inversiones forzosas es el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo.
El exfuncionario del Gobierno de Iván Duque, dijo que al implementarlas se convierten “en una especie de impuesto que genera el incentivo contrario”. Pero, además, dice que es “peor idea, convertir ahora al Gobierno en “banquero” con el dinero de otros. Esto último es simplemente un nuevo impuesto con riesgos de politiquería e ineficiencia en la asignación del crédito”.
Y es que de acuerdo con el presidente Petro, la idea es que los bancos le entreguen los recursos al Gobierno para que sea este el que asigne los créditos, y según el mandatario, eso sería “menos riesgoso” para los establecimientos de crédito.
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“A un banco, hoy, le podría ser más rentable, porque el banco hoy da crédito con más riesgo, o no da, y si no da el crédito, o el crédito es con más riesgo, se está debilitando la economía”, dijo Petro.
Explico que si “en cambio, si nos pasa el dinero, y nosotros damos el crédito, nosotros tenemos que pagarle al banco. El pago del Estado al banco es mucho más sano, mucho menos riesgoso, y nosotros podríamos subsidiar la tasa de interés con el presupuesto”.
Según el presidente, esos recursos que entregaría la banca se podrían destinas “para vivienda, para industria de exportación, para la agricultura, etcétera. Se dan las líneas específicas. Entonces yo creo que aquí tendríamos un horizonte mejor”.
Concluyó Corficolombiana que aumentar el crédito productivo es esencial para la reactivación económica, pero las inversiones forzosas no son la solución óptima para ello.
“Los anuncios de modernización e interoperabilidad de la Superintendencia son un paso en la dirección correcta. Mecanismos más efectivos incluyen el uso de garantías para créditos de mayor riesgo y fomentar la inclusión financiera para incrementar la profundización financiera del país”, dijo Corfi en un informe.
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