Santiago — La economía chilena lleva tres trimestres consecutivos en caída, reflejando un pronunciado debilitamiento del consumo de los hogares y una disminución de la inversión.
La última cifra negativa se conoció el viernes, cuando el Banco Central de Chile publicó, en su informe Cuentas Nacionales, que mostró que el Producto Interno Bruto (PIB) se desaceleró -1,1% entre abril y junio de 2023 con respecto al mismo periodo del año anterior. Nada podría evidenciar mejor que existe un debilitamiento de la economía, dijo Hermann González, coordinador macroeconómico de Clapes UC, a Bloomberg Línea.
Considerando la contracción del PIB en términos desestacionalizados (-0,3%), el economista distingue un “quiebre” en la tendencia de leve recuperación registrada en los dos trimestres anteriores.
En tanto, el crecimiento de la actividad económica de enero-marzo de 2023 en comparación con el trimestre anterior fue revisado a un 0,4%, la mitad de lo reportado originalmente en la versión anterior del informe del instituto emisor y que llevó al ministro de Hacienda, Mario Marcel, a afirmar en mayo que la economía chilena se encontraba en una etapa de recuperación.
Para González la caída intertrimestral “debiera llamar la atención, porque básicamente da señales de mayor debilidad de la economía”.
Tomás Flores, exsubsecretario de Economía, saca conclusiones menos optimistas y considera que el país sudamericano está afectado por una “recesión” que está resultando “más prolongada de lo anticipado por las autoridades”.
Lo que se espera para el resto del año
La mediana de una encuesta realizada en agosto a economistas por el banco central estimó una baja de -0,50% del PIB al cierre de este año. De cumplirse este pronóstico, Chile sería uno de los pocos países de Latinoamérica en concluir con cifras negativas 2023.
En concreto, Flores anticipa que el PIB podría anotar un resultado “levemente negativo” entre julio y septiembre respecto del mismo trimestre de 2022, y González apunta a una cifra “más favorables” en los últimos tres meses de este año, dado que la base de comparación es menos exigente.
La economía comenzó a mostrar signos de fatiga en la segunda mitad de 2022, anotando variaciones interanuales de 0,2% en el tercer trimestre y de -2,3% en el último cuarto del año pasado. Junto a ello, la inflación moderó su curso en el último año. De este modo, el escenario macroeconómico llevó al Consejo del BCCh, liderado por Rosanna Costa, a recortar la tasa de interés en 100 puntos básicos a finales de julio y dejar abierta la puerta para aplicar nuevas rebajas.
La expectativa del coordinador macroeconómico de Clapes UC es que, en promedio, ocurra un crecimiento de la actividad para lo que resta de año. “El mercado también lo espera así. La gran duda es cuál será la intensidad de esa recuperación o de las cifras positivas que veremos en el segundo semestre”, dijo.
Cuando Marcel conoció que el índice mensual de actividad económica (Imacec) de junio, un referente del PIB, cayó 1,0% interanual (menos de lo esperado), dijo que es “probable” que el indicador de julio ya se registre “una cifra positiva”.
González coincide en que esto es posible, pero asegura que es más probable que ocurra hacia finales de 2023. “En nuestra opinión, incluso es posible que las cifras del segundo semestre contrarresten la caída del primer semestre del año, y terminemos con un crecimiento anual levemente positivo”, dijo.