El Banco Central de Chile reafirmó su plan de concentrar gran parte de los recortes de tipos de este año en el primer semestre, ya que el impacto inflacionista de la debilidad del peso sigue siendo limitado, según las actas de su última reunión de política monetaria.
Los miembros del Consejo acordaron que lo más apropiado era una reducción de los tipos de 75 ó 100 puntos básicos, según escribieron en las actas de su reunión de abril, en la que ralentizaron el ritmo de relajación con un recorte de 75 puntos básicos. Aunque la demanda interna sigue siendo débil, la menor caída proporcionó más margen de maniobra en caso de que las hipótesis de sus perspectivas no se materialicen, escribieron.
“Aunque la depreciación del peso y las perturbaciones de los costes mundiales apuntaban a una mayor presión sobre los precios, ambos factores tenderían a disiparse dentro del horizonte de la política monetaria”, escribieron en las actas publicadas el miércoles. “Además, dada la holgura en los sectores vinculados al consumo de bienes, el traspaso de sus efectos sobre la inflación sería moderado”.
Los responsables del Banco Central, encabezados por Rosanna Costa, se han vuelto más cautos ante el mayor debilitamiento del peso en los mercados emergentes este año, lo que aumenta las posibilidades de nuevas presiones sobre los precios. Los responsables políticos también han elevado sus previsiones de crecimiento económico e inflación para 2024, después de que los datos sorprendieran al alza. En conjunto, los inversores sopesan ahora las probabilidades de un ritmo aún más lento de reducción de tipos en el futuro.
El peso se ha desplomado casi un 10% este año, arrastrado por factores como la fortaleza mundial del dólar estadounidense y los retrasos de la Reserva Federal en su propia relajación monetaria.
La actividad económica de Chile aumentó por segundo mes consecutivo en febrero, gracias a los incrementos registrados en varios sectores, según el indicador del banco central para el producto interior bruto. El resultado respaldó la opinión del Gobierno de que la recuperación de la nación está ganando fuerza gradualmente tras un débil 2023.
Mientras tanto, los precios al consumo subieron un 0,4% en marzo respecto al mes anterior, menos de lo previsto en una encuesta de Bloomberg entre analistas. La inflación anual se redujo al 3,7% en la serie encadenada, acercándose al objetivo del 3%.
“Aunque era posible que la inflación aumentara a corto plazo, a medio plazo seguían actuando fuerzas que la situarían de nuevo en el objetivo del 3% dentro del horizonte de política de dos años”, escribieron los banqueros centrales en las actas.
Los banqueros centrales ven la inflación anual en el 3,8% en diciembre y en el 3% a finales de 2025, según sus previsiones publicadas a principios de este mes.