Santiago — La economía de Chile encadenó su quinta caída consecutiva en términos interanuales. El índice mensual de actividad económica (Imacec), un referente del producto interno bruto (PIB), se contrajo un 1,0% en junio respecto al mismo mes del año anterior, cayendo menos del -1,4% estimado por la mediana de analistas en una encuesta de Bloomberg.
Sin embargo, el indicador aumentó 0,5% frente al mes anterior, informó este martes el Banco Central de Chile (BCCh). Se trata de un dato que sorprende al alza, ya que un sondeo de Bloomberg esperaba una caída mensual de 0,1%.
La variación anual del Imacec fue explicada por la caída del comercio y la industria, compensada en parte por el resto de los bienes, mientras que el crecimiento del indicador en términos desestacionalizado estuvo determinado por el desempeño de la minería, dijo en un comunicado el organismo presidido por Rosanna Costa.
El sector minería se expandió 4,5% en junio respecto del mes anterior, incidiendo un 0,6% sobre el indicador de actividad económica. En menor medida, también influyeron de manera positiva los impuestos sobre los productos y el resto de los bienes.
Economía en búsqueda de alivio
El viernes, el BCCh inició un ciclo de recortes de la tasa de interés de referencia, llevándola a 10,25% desde 11,25%. La decisión fue adoptada por unanimidad por los consejeros del instituto emisor, que destacó que la inflación total y subyacente se redujeron más rápido de lo previsto en el último Informe de Política Monetaria (IPoM).
El índice de precios al consumidor (IPC) alcanzó un 7,6% interanual en junio, siguiendo con la tendencia a la moderación después de llegar a un 14,1% en agosto de 2022; al mismo tiempo que la economía se encuentra estancada e, incluso, distintas proyecciones apuntan a que cerraría 2023 con uno de los peores desempeños en Latinoamérica.
El Consejo del BCCh estimó que, en el corto plazo, la tasa de política monetaria (TPM) acumulará una reducción mayor a la considerada en el escenario central del IPoM publicado en junio, pero advierte que la magnitud y temporalidad del proceso de recortes considerará la evolución macroeconómica y su impacto sobre el curso de la inflación.