Bloomberg — El Congreso Nacional de Chile dio su aprobación final a una reforma que aumentará las pensiones de los jubilados actuales y futuros, dándole al presidente Gabriel Boric solo una victoria parcial luego de importantes concesiones de su gobierno.
La cámara baja del Congreso respaldó la legislación el miércoles después de que el Senado diera su aprobación a través de votaciones generales y punto por tema el martes temprano. La decisión se produjo después de una serie de conversaciones entre los legisladores y el gobierno sobre el contenido del proyecto de ley y su financiamiento.
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La reforma representa el mejor intento de llegar a un punto medio en el que posiblemente sea el problema más polémico que aqueja a Chile. No hay duda de que el sistema actual es perjudicial para las mujeres y, a menudo, deja a los jubilados en general viviendo en la pobreza o teniendo que encontrar otras fuentes de ingresos en la vejez. Mientras tanto, los fondos de pensiones privados, conocidos como AFP, son la base de los mercados de capitales locales, lo que significa que cualquier reforma legal corre el riesgo de irritar a los inversores.
Los legisladores chilenos mantuvieron las AFP en su lugar, exaltando a muchos en la centroderecha y en la comunidad empresarial, mientras que dejaron a Boric y sus aliados profundamente frustrados. Además, las AFP se encargarán de gestionar los nuevos pagos patronales a las cuentas individuales de pensiones de los trabajadores, que equivalen al 4,5% de los salarios.
“Consolidar un sistema que prometiste eliminar no es un buen legado”, dijo el diputado Marcos Ilabaca, del Partido Socialista de centroizquierda, en referencia a Boric durante una entrevista en una radio local el miércoles por la mañana. “Le falta verdad”.
Algunas de las AFP de Chile son propiedad de empresas estadounidenses. Entre ellas se encuentran AFP Habitat, de Prudential; AFP Cuprum, de Principal y AFP Provida, de Metlife.
Pensiones universales
Otra contribución del empleador por valor del 1,5% de los salarios se destinará temporalmente a aumentar los pagos para los jubilados que necesitan dinero extra ahora, y esos fondos se devolverán más adelante a los trabajadores actuales cuando terminen sus carreras. Otro 1% se destinará a las pensiones de las mujeres y también a la financiación del seguro de discapacidad.
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Los legisladores de derecha habían insistido durante meses en que el monto total de la nueva contribución del empleador vaya directamente a las cuentas individuales de los trabajadores.
Las contribuciones totales de los empleadores aumentarán al 8,5% de los salarios de los trabajadores durante nueve años, y ese período puede extenderse si la recaudación de impuestos no cumple con las expectativas.
La propuesta elevará la pensión mínima universal respaldada por el Estado a 250.000 pesos (US$252) al mes. También tiene como objetivo reducir las comisiones y fomentar una mayor competencia entre los gestores de fondos.
El Ministerio de Hacienda de Chile ha dicho que la reforma tendrá un impacto fiscal de alrededor del 1% del producto interno bruto una vez que esté completamente en vigor. El costo “no es pequeño”, ya que la propuesta aumenta las pensiones respaldadas por el Estado al mismo tiempo que impulsa los ahorros en las cuentas individuales, analistas de Goldman Sachs escribió en una nota el martes.
Hay señales de que el escepticismo de los votantes podría persistir. Aproximadamente el 57% de los residentes cree que la reforma no resolverá los problemas de pensiones de Chile, según una encuesta de Data Influye publicada esta semana.
En ese momento, el 69% de los encuestados dijo que el gobierno será el principal beneficiario de la reforma.
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