Bloomberg — Los chilenos se dirigen a las urnas en un segundo intento por aprobar una nueva constitución y superar el período de incertidumbre política y económica desencadenado por la reescritura de la carta constitucional hace cuatro años.
El referéndum del domingo 17 de diciembre pregunta a los votantes si están a favor o en contra del texto escrito por un Consejo Constitucional de derecha para reemplazar la constitución actual, que se remonta a la dictadura de Augusto Pinochet. Los centros de votación cerrarán a las 18:00 (hora local de Santiago), y se espera que el resultado se publique una o dos horas después.
La votación debería ser la culminación de un proceso que ha sacudido los mercados financieros y estancado la inversión en el país sudamericano. Sin embargo, las encuestas indican que el documento será rechazado, al igual que una propuesta anterior, más de izquierda, fue rechazada abrumadoramente en septiembre de 2022.
El presidente Gabriel Boric ha dicho que no habrá un tercer intento de reescribir la constitución si este fracasa.
Los partidos de centro derecha y derecha, así como algunos bancos de inversión, apoyan el texto “favorable a las empresas”, diciendo que impulsará el crecimiento económico, controlará la migración clandestina y reducirá la delincuencia.
Los opositores dicen que pondría en peligro victorias sociales ganadas con tanto esfuerzo, como el derecho al aborto, establecería objetivos poco realistas en materia de migración y se excedería indebidamente en la eliminación de impuestos.
Aunque las encuestas muestran que la mayoría de los chilenos quieren una nueva constitución, una encuesta de Cadem publicada el 26 de noviembre mostró una ventaja de ocho puntos porcentuales para quienes están en contra de este texto.
El proceso de redacción de una nueva carta surgió en respuesta al malestar social a finales de 2019. En aquel entonces, un aumento en las tarifas del metro evolucionó hacia demandas más amplias para luchar contra la desigualdad, mejorar los servicios sociales y reformar el sistema político del país. También provocó disturbios y ataques incendiarios.
Reglas claras
Si quienes están a favor de la nueva constitución logran una victoria sorprendente, los activos financieros locales deberían recuperarse y la administración Boric se verá obligada a bajar el tono de su agenda de reformas, según Scotiabank.
Implementar la nueva carta tomaría entre cinco y diez años, escribieron en una nota de investigación los economistas de Scotiabank Jorge Selaive, Aníbal Alarcón y Waldo Riveras.
Aunque Boric ha dicho que el proceso termina con la votación del domingo, un rechazo de la propuesta actual no pondría fin a todos los rumores sobre la reforma constitucional. Los partidos políticos pueden intentar impulsar cambios a los estatutos a través del Congreso o incluso respaldar una nueva reforma más adelante, dijo Kenneth Bunker, profesor de la Universidad San Sebastián en Santiago.
El debate volverá inevitablemente antes de las próximas elecciones presidenciales de 2025, afirmó Bunker. “Puede haber algo de calma después de la tormenta, pero eventualmente volveremos a la misma discusión”.
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