Bloomberg — Los chilenos quieren imponer más controles a la migración que cualquier otro país de América Latina, una señal de como los flujos de personas han modificado el escenario en el país, según una nueva encuesta.
Casi el 96% de los encuestados en Chile dijo que el país necesita una política de inmigración más restrictiva, muy por encima del 68% en Colombia, el 65% en Argentina y el 41% en México, según LatAm Pulse, una encuesta realizada por AtlasIntel para Bloomberg News y publicada este jueves.
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Cerca del 80% afirmó que los recién llegados perjudican la economía y el empleo del país, mientras que más de la mitad dijo que son perjudiciales para su cultura.
Alza en población nacida en el extranjero
La visión negativa sobre la inmigración en Chile coincide con un aumento del 25% de la población nacida en el extranjero entre 2018 y 2022, en gran parte por el aumento en la llegada de venezolanos, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas. Muchos llegaron cruzando clandestinamente la frontera norte, exacerbando temores sobre el aumento de la delincuencia. Estos factores han contribuido a una baja en popularidad del presidente Gabriel Boric y un aumento en el apoyo a la oposición de derecha.
El pasado fin de semana, los partidos de oposición ganaron terreno en las elecciones municipales y regionales de Chile, una prueba de la fuerza antes de la votación presidencial del próximo año. Los políticos de derecha Evelyn Matthei y José Antonio Kast, quienes han adoptado una postura dura frente a la inmigración, están entre los favoritos para la contienda de 2025 a la que Boric no puede presentarse.
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En el pasado, la lejanía geográfica de Chile explicaba por qué el país había recibido oleadas migratorias relativamente pequeñas, como una ola de peruanos a principios de los 2000.
Pero la crisis de Venezuela, que ha provocado el éxodo de unos 7,7 millones de personas, puso fin a eso. El país, de unos 19 millones de habitantes, acoge ahora a más de 530.000 venezolanos, aproximadamente un tercio del total de su población nacida en el extranjero.
Boric ganó la presidencia en 2021 con una agenda política progresista de mejorar la calidad de vida y servicios públicos para los necesitados y hacer de Chile un país más igualitario. Su elección ocurrió tras un periodo de protestas masivas por cuestiones como la salud, la educación y las pensiones.
Pero con el paso del tiempo, el gobierno de Boric ha debido centrar su agenda en la seguridad. Ha redoblado esfuerzos para proteger la frontera norte con Perú y Bolivia invirtiendo en nuevos drones, cámaras, camiones y personal para aumentar las patrullas, al tiempo que deporta a más inmigrantes culpables de delitos.
AtlasIntel encuestó a 1.877 personas en Chile entre el 10 y el 15 de octubre. La encuesta tiene un nivel de confianza del 95% y un margen de error de más o menos dos puntos porcentuales.
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