Bloomberg — El presidente chileno, Gabriel Boric, iniciará la próxima semana su primer viaje a China con una ambiciosa agenda en busca de acuerdos para aumentar la eficiencia de la economía del país y para apoyar su desarrollo más allá de su tradicional papel exportador productos básicos.
“Queremos avanzar hacia una nueva etapa y estamos buscando donde haya inversiones en el país que nos ayuden también en ese sentido”, dijo la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, en una entrevista previa al primer viaje de Boric al país asiático.
Las autoridades de ambas naciones han estado trabajando en acuerdos en áreas como la tecnología, la innovación y la educación, y firmarán alrededor de una docena de tratos durante el viaje, afirmó Sanhueza, aunque declinó a proporcionar más detalles.
Si bien el comercio de Chile con China superó los US$65.000 millones el año pasado, la mayoría de sus exportaciones están dominadas por el cobre, y gran parte de esta materia prima se envía en forma de concentrados para ser refinados por fundiciones chinas. Tras el fin de un crecimiento de tres décadas que convirtió a Chile en uno de los países más ricos de América Latina, el Gobierno de Boric está intentando reactivar una economía estancada mediante la construcción de industrias que agreguen valor a sus exportaciones de cobre, litio y frutas.
Se trata de un objetivo ambicioso, ya que Chile normalmente ha ampliado la gama de materias primas que exporta, o agrega pequeñas cantidades de valor, en lugar de producir bienes industriales. La productividad total de los factores, una medida de la producción por unidad de insumo que incluye mano de obra, capital u otros recursos, ha caído desde 2012.
Además, el Gobierno está consciente de la necesidad de lograr un delicado equilibrio mientras las relaciones entre China y Estados Unidos, sus dos principales socios comerciales, siguen siendo tensas.
“Nosotros, en general, hemos tratado a todo el mundo de manera bastante neutral”, dijo Sanhueza cuando se le preguntó si existen obstáculos para la profundización de los lazos comerciales con EE.UU. y China al mismo tiempo. “Lo que sí queremos es tener autonomía política. Y eso es algo que entonces apunta hacia un equilibrio”.
Cuando a Boric —que ha hablado abiertamente de la necesidad de proteger los derechos humanos desde Venezuela hasta Nicaragua— se le preguntó tras la reciente reunión de las Naciones Unidas en Nueva York si mantendría su defensa de los derechos humanos durante su visita a China, su respuesta fue simple, aunque un poco incómoda: “Sí”.
Liderando esfuerzos
Boric viajará a China el 12 de octubre junto con un equipo de miembros del gabinete. El Gobierno está organizando eventos para inversionistas que incluyen reuniones de ejecutivos empresariales de alto nivel, visitas a empresas y seminarios en las ciudades de Shénzhen, Chengdu, Pekín y Shanghái del 14 al 20 de octubre.
El tratado de libre comercio entre Chile y China entró en vigor en 2006. Posteriormente, el acuerdo se actualizó y amplió en 2019, con nuevos detalles sobre temas que incluyen el comercio electrónico y el medio ambiente.
Sanhueza, quien cursó un doctorado en economía en la Universidad de Cambridge, también visitará Japón e India. Está liderando los esfuerzos para avanzar en los acuerdos comerciales existentes y para negociar nuevos acuerdos.
“Chile está intentando abrir otros mercados”, afirmó. “Esperamos ampliar nuestro acuerdo comercial con India”.
El viaje se realiza en un momento en que la segunda economía más grande del mundo intenta recobrar fuerza en medio de una crisis inmobiliaria, así como de una débil confianza de los consumidores y las empresas. China ha implementado medidas de estímulo que incluyen la reducción de los requisitos de reservas bancarias, la disminución de las tasas de interés y la flexibilización de los requisitos para la compra de viviendas.
“Preocupa en el corto plazo”, dijo Sanhueza sobre la economía china. “Pero en el mediano largo plazo, uno esperaría que ajustara bien, hacia una tendencia positiva”.
La economía chilena, por su parte, atraviesa una mala racha debido a los altos costos de endeudamiento y la disminución de la demanda. El indicador del banco central del producto interno bruto se contrajo inesperadamente en agosto, lo que indica mayores probabilidades de una recesión, mientras que el Gobierno redujo a cero su pronóstico de crecimiento para 2023.
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