Bloomberg — La inflación anual de Brasil se aceleró más o menos en línea con las estimaciones en septiembre, ya que una sequía histórica presionó los precios de la electricidad y los alimentos en la mayor economía de América Latina.
Los datos oficiales publicados este miércoles mostraron que los precios subieron un 4,42% respecto al año anterior, justo por debajo de la estimación media del 4,44% de los economistas encuestados por Bloomberg. En el mes, aumentaron un 0,44%.
Los responsables políticos están subiendo las tasas de interés a medida que aumentan las presiones sobre los precios y crece la inquietud de los inversores sobre la dirección de la economía brasileña. El crecimiento ha superado las expectativas este año gracias a un mercado laboral caliente y a un mayor gasto público bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, mientras que la peor sequía de la que se tiene constancia está disparando ahora las facturas de la luz.
Lo que dice Bloomberg Economics;
“Un repunte de los precios de la electricidad y los alimentos impulsado por la sequía hizo subir la inflación general brasileña en septiembre. Por lo demás, los aumentos de precios se mantuvieron moderados. Los datos respaldan nuestra opinión de que no hay prisa por endurecer la política. Seguimos pensando que una subida de tasas de 25 puntos básicos en noviembre es más coherente con las condiciones económicas que un precio de mercado de más de 50 puntos básicos”, dice Adriana Dupita, economista de Brasil y Argentina.
Estos factores han contribuido a que la tasa de inflación anual se sitúe muy por encima del objetivo del 3% fijado por el Banco Central, a pesar del lastre de unos costes de endeudamiento de dos dígitos.
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El regulador eléctrico Aneel comenzó a aplicar cargos adicionales a las facturas de electricidad a principios de septiembre en respuesta al descenso de los niveles de los embalses de las centrales hidroeléctricas. Alrededor de dos tercios del suministro eléctrico de Brasil procede de la hidroelectricidad, y los precios subirán aún más en octubre debido a la falta de lluvias.
El aumento de las facturas de electricidad hizo que los costos de la vivienda se dispararan un 1,8% en septiembre, mientras que los alimentos y las bebidas subieron un 0,5% debido a que la sequía afectó a las cosechas de productos básicos como las naranjas y el café. Mientras tanto, el precio de los bienes personales cayó un 0,31%, según la agencia estadística.
La mira en el Banco Central
La inflación repunta mientras los mercados vigilan el cambio de gobierno en el banco central. El martes, el Senado confirmó la elección por parte de Lula de Gabriel Galipolo para suceder al actual gobernador Roberto Campos Neto, cuyo mandato finaliza en diciembre.
El consejo de administración del banco central, conocido como Copom, inició en septiembre un ciclo de endurecimiento con una subida de un cuarto de punto para enfriar la economía y rebajar las previsiones de inflación hasta el objetivo. Aunque los responsables políticos aseguraron que el inicio del ciclo es gradual, dieron pocas indicaciones sobre sus próximos movimientos.
La mayoría de los analistas apuestan por más subidas a partir del nivel actual del 10,75%. Eso pone a Brasil en desacuerdo con la segunda mayor economía de la región, México, que se dispone a recortar las tasas por tercera vez consecutiva el mes que viene después de que su inflación anual se ralentizara en septiembre.
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El último informe sobre la inflación en Brasil “no hará sino aumentar el ambiente de halcones (o restrictivo) en el banco central, mientras el Copom intenta apuntalar su credibilidad en medio de las preocupaciones por la politización de la política monetaria”, escribió Jason Tuvey, economista jefe adjunto de mercados emergentes de Capital Economics, en una nota de investigación.
Galipolo es un aliado del presidente izquierdista y el actual director de política monetaria del banco, y algunos inversores se muestran escépticos de que esté dispuesto a sacrificar el crecimiento económico para frenar la subida de los precios.
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