Bloomberg — La inflación anual de Brasil se redujo ligeramente a finales de 2024, aunque se mantuvo muy por encima del objetivo, mientras los banqueros centrales señalan que realizarán al menos dos alzas más de las tasas de interés para frenar el aumento de los precios.
Los datos oficiales publicados el viernes mostraron que los precios al consumidor subieron un 4,83% en diciembre respecto al año anterior, más o menos en línea con la estimación mediana del 4,84% de una encuesta de Bloomberg entre economistas. En términos mensuales, los precios aumentaron un 0,52%.
La ley brasileña obligará al nuevo gobernador del banco central, Gabriel Galipolo, a escribir una carta explicando por qué la inflación anual superó el límite superior del 4,5% de la banda de tolerancia. Una economía caliente y la ansiedad de los inversionistas por las finanzas públicas han avivado las presiones sobre los precios, lo que ha desgastado a los consumidores y dañado la popularidad del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Las tasas de swap del contrato con vencimiento en enero de 2026, un indicador de las perspectivas del mercado financiero hacia la política monetaria a fines de este año, subieron casi 6 puntos básicos en las operaciones matutinas después del informe de inflación.
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Una caída mensual del 0,56% en los precios de la vivienda, gracias al abaratamiento de las facturas de electricidad, impulsó la desaceleración de la inflación en diciembre. Sin embargo, todos los demás grupos de bienes y servicios rastreados por la agencia de estadísticas se encarecieron en el periodo, siendo los alimentos y los costes de transporte los que registraron las mayores subidas.
"Se trata de un final de año relativamente positivo, pero ofrece poco consuelo, ya que las perspectivas de inflación se han deteriorado significativamente", escribió en una nota Andrés Abadía, economista jefe para América Latina de Pantheon Macroeconomics.
Los responsables políticos dirigidos por Galipolo se comprometen a tomar las medidas necesarias para llevar la inflación a su objetivo del 3% y ya han anunciado planes para llevar la tasa de interés de referencia al 14,25% para marzo.
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Pero sus esfuerzos por contener los precios se están viendo complicados por la consternación ante los planes del gobierno para hacer frente a su déficit presupuestario. Aunque Lula ha intentado apaciguar esos temores, un paquete de recortes del gasto presentado en noviembre quedó muy por debajo de las expectativas de los inversores.
La venta resultante hizo que la moneda brasileña -el real- cayera a un mínimo histórico frente al dólar en diciembre, disparando los costos de las importaciones.
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