Bloomberg — El Banco Central de Brasil está muy preocupado por las estimaciones de inflación que se mantienen “muy por encima” de su objetivo y hará lo necesario para llevar los aumentos del coste de la vida al objetivo, dijo el miércoles el director de Asuntos Internacionales, Paulo Picchetti.
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En su intervención en un acto en Washington, Picchetti dijo que, aunque la inflación se ha desacelerado, se ha estabilizado por encima del objetivo del banco del 3% a medida que el estímulo fiscal impulsa la sorprendentemente fuerte actividad económica de Brasil.
“Hemos tenido un éxito parcial porque la inflación se ha desacelerado claramente, pero no ha seguido desacelerándose hacia el objetivo”, dijo Picchetti, añadiendo que los responsables políticos están “observando cuidadosamente” la evolución económica y fiscal en medio de las crecientes preocupaciones sobre el gasto público.
Junto con el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, los comentarios contribuyeron a un aumento de los tipos swap brasileños, ya que los operadores los valoraron como más halcones hacia la política monetaria. Los operadores apuestan actualmente a que la Selic de referencia alcanzará el 13,5% a mediados del próximo año.
La inflación anual alcanzó el 4,42% en septiembre, acercándose al techo del rango de tolerancia del banco, al dispararse los precios de los alimentos y la energía. Las medidas básicas que eliminan los elementos volátiles también están “muy por encima” del objetivo, al igual que los costes de los servicios y los indicadores de la inflación implícita, dijo Picchetti.
Los banqueros centrales dirigidos por Roberto Campos Neto subieron las tasas de interés hasta el 10,75% en septiembre, sólo unos meses después de haber interrumpido un ciclo de relajación. Pero la mayor economía de América Latina ha mostrado resistencia a unas tasas de interés elevados, sorprendiendo tanto a los responsables políticos como a los líderes políticos.
Las políticas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva encaminadas a mejorar el nivel de vida están impulsando el consumo familiar, mientras que un mercado laboral ajustado está aumentando la renta disponible de los hogares brasileños.
La política fiscal expansiva del gobierno ha generado alarma tanto entre los inversores como entre los banqueros centrales, que han expresado cada vez más su preocupación por los efectos del aumento del gasto. Los temores fiscales han pesado sobre los activos brasileños, incluido el real, que figura entre las divisas de mercados emergentes con peor comportamiento este año.
“Una señal enfocada y de halcón por parte del banco central ayuda a sostener la moneda, pero la solución a la ansiedad del mercado es, ante todo, medidas fiscales estructurales aún esquivas”, dijo Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs.
Picchetti dijo que aunque el banco central sigue vigilando la situación fiscal, "hay un papel de la política monetaria para contrarrestar".
"Por eso anunciamos un ciclo de alzas y el compromiso de seguir haciendo lo necesario para llevar la inflación hacia la meta", dijo en el evento que tuvo lugar al margen de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional.
--Con la colaboración de Franco Dantas y Leda Alvim.
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