Si bien el alza inflacionaria que se observó en la pospandemia fue desactivada, al menos respecto a los altos niveles a los que había llegado, en las dos economías más grandes de América Latina las presiones sobre los precios siguen latentes. Y según un informe del banco de inversiones estadounidense JPMorgan Chase & Co. (JPM), eventuales subas de los salarios complicarían aún más el asunto.
Las presiones sobre la inflación en Brasil, según JPMorgan
El informe de JPMorgan resalta que el Banco Central de Brasil (BCB) mantiene una política flexible sin proporcionar orientación explícita, pero advierte que una política más restrictiva parece justificada debido al fuerte crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y a que “las expectativas de inflación que aún no se anclan”.
El estudio reseña que el consumo de los hogares se ve impulsado por el estímulo fiscal, el crecimiento del crédito y un mercado laboral sólido.
Según los analistas, la desinflación actual es resultado de efectos secundarios relacionados con la desinflación de bienes, pero “el crecimiento salarial presenta desafíos”.
Este tramo del informe concluye que “la coordinación de políticas fiscales y monetarias sería clave para alcanzar el objetivo de inflación con menor impacto en la actividad económica, aunque aún hay incertidumbre sobre el alcance de los ajustes fiscales y cuasi-fiscales que se implementarán”.
La inflación interanual de Brasil se ubicó en 4,42% durante el mes de septiembre.
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Las presiones sobre la inflación en México, según JPMorgan
En cuanto a México, el informe del banco de inversión subraya que la política monetaria exige “prudencia”.
“El entorno político-económico es incierto, especialmente en el contexto de las elecciones en Estados Unidos y el paquete económico de 2025 de México”.
Por otro lado, los analistas agregan que, “aunque el proceso de desinflación se reanudó en el tercer trimestre y las expectativas de inflación están en niveles previos a la pandemia, será un reto continuar avanzando”. Y aclaran que la inflación en servicios es un desafío debido a su rigidez, y la dinámica cambiaria podría afectar los precios de bienes.
“Las condiciones de demanda interna en México deberían aliviar algunas preocupaciones inflacionarias, pero el mercado laboral fuerte y una nueva política de salarios mínimos anclados a la inflación observada representan un riesgo al alza para las expectativas de inflación y las estimaciones de la tasa neutral”, según JPMorgan.
Además, el banco estadounidense cree que el marco institucional y el presupuesto de 2025, que se anunciarán a mediados de noviembre, deberían ser monitoreados de cerca.
Durante septiembre, la inflación interanual de México se ubicó en 4,58%.