Bloomberg — El gobierno de Brasil recortará algunos impuestos a la importación y evitará tanto los controles de precios como el uso de medidas fiscales en su afán por bajar los costos de los alimentos, dijo el viernes un alto funcionario del gabinete.
La administración reducirá los gravámenes a los alimentos importados que son más baratos en el extranjero, y el Ministerio de Hacienda estudiará formas de recortar los costes de intermediación, dijo a la prensa en Brasilia el jefe de gabinete, Rui Costa. No se adoptará ninguna medida poco ortodoxa, dijo, y añadió que el gobierno descarta el uso de subsidios.
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“Queremos sugerencias para reducir los precios en los supermercados”, dijo Costa. “Queremos sumarnos a las medidas del mercado. No se adoptarán medidas poco ortodoxas, no habrá subsidios, no habrá inspectores de precios en los mercados, no habrá fijación de precios”.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se encuentra bajo la presión de la escalada del costo de la vida en el inicio de la segunda mitad de su mandato. Las declaraciones de Costa se producen un día después de que Bloomberg News informara de que el Gobierno estaba evaluando planes como el suministro de productos alimenticios a precio reducido, posiblemente con subsidios, para combatir la inflación e impulsar el prestigio del jefe de Estado. Ese informe reavivó las preocupaciones de los inversores sobre el compromiso con la responsabilidad fiscal.
El gobierno de Lula espera una gran cosecha agrícola este año y está convencido de que el libre mercado debe determinar los precios, dijo Costa. La administración buscará el diálogo con los productores de alimentos sobre los costos, dijo.
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La asociación brasileña de la industria de supermercados Abras ha presentado al gobierno propuestas que podrían permitir indirectamente a las empresas reducir los costes de los alimentos, como una mayor flexibilidad en los contratos laborales y la posibilidad de vender medicamentos que no requieran receta.
Los costos de los alimentos y las bebidas subieron un 1,06% mensual en la primera quincena de enero, lo que representa el principal motor de la inflación en el periodo, según informó el viernes la agencia nacional de estadística.
Los inversores esperan que el banco central eleve las tasas de interés hasta el 15% este año, y que los aumentos del coste de la vida se sitúen por encima del objetivo del 3% hasta 2028.
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