Bloomberg — El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, ha reveladoun plan largamente buscado para recortar 70.000 millones de reales (US$11.800 millones) del gasto público hasta 2026, mientras las preocupaciones fiscales de los inversores hunden activos desde la moneda hasta las acciones.
Las medidas incluyen límites al crecimiento del salario mínimo, topes a los sueldos altos de los trabajadores públicos y mayores impuestos para los ingresos superiores a 50.000 reales. El Gobierno también decidió eximir del impuesto sobre la renta los salarios de hasta 5.000 reales.
“Estas medidas consolidan el compromiso de este gobierno con la sostenibilidad fiscal del país”, dijo Haddad en el mensaje pregrabado que se emitió el miércoles por la noche en la televisión y la radio locales. “Combatir la inflación, reducir el coste de la deuda pública y tener tipos de interés más bajos son parte central de nuestra visión humanista de la economía”.
Los inversores brasileños exigen austeridad después de que el gobierno izquierdista del presidente Luiz Inácio Lula da Silva aumentara el gasto para mejorar el nivel de vida de la clase trabajadora. Las arcas fiscales se han visto sometidas a una presión adicional este año, ya que la administración responde a desastres naturales como inundaciones históricas y sequías. Al mismo tiempo, el aumento del gasto está alimentando las apuestas del mercado de que el banco central tendrá que subir los tipos de interés hasta cerca del 14% para controlar la inflación.
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A primera hora del miércoles, la presión de Lula para añadir una medida de reducción del impuesto sobre la renta al plan de recorte del gasto acentuó aún más la preocupación por el déficit presupuestario de Brasil y provocó una caída de la moneda y las acciones.
El real brasileño se debilitó más de un 2% y terminó la jornada a 5,934 por dólar, el precio de cierre más bajo de su historia. Las acciones sufrieron la mayor caída desde junio y los tipos swap subieron hasta 37 puntos básicos.
Las señales de que la administración estaba abandonando sus promesas de responsabilidad fiscal han causado estragos en los activos locales a lo largo de 2024. El real ha registrado una de las mayores caídas entre las 16 principales divisas en lo que va de año, las acciones han retrocedido desde los máximos recientes y los futuros de tipos de interés se han disparado.
En las últimas semanas, sin embargo, Haddad ha tratado de transmitir a Lula que el Gobierno necesita frenar el gasto obligatorio en los próximos meses, evitando así un problema cuando busque la reelección en 2026.
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“Reafirmamos nuestro compromiso con las familias brasileñas: proteger el empleo, aumentar el poder adquisitivo y garantizar un crecimiento económico sostenible”, dijo Haddad.
Para 2025, el Gobierno planea eliminar el déficit fiscal primario, que excluye el pago de intereses, con la ayuda de 166.400 millones de reales en ingresos extraordinarios. En abril, dio marcha atrás en su promesa de superávit para el próximo año, lo que provocó una oleada de inquietud entre los inversores.
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