Bloomberg — El banco central de Brasil elevó sus previsiones de crecimiento económico para este año y el próximo, mientras los responsables políticos prometen tasas de interés más altas para controlar las presiones inflacionistas derivadas del recalentamiento de la actividad.
El banco espera que el producto interior bruto se expanda un 3,5% este año, lo que supone el cuarto aumento consecutivo de sus estimaciones, que anteriormente se habían situado en el 3,2%, según el informe trimestral sobre la inflación publicado el jueves. En comparación, los analistas encuestados por la autoridad monetaria ven que la economía aumentará un 3,42% en 2024, mientras que el Gobierno prevé un crecimiento del 3,3%.
Para 2025, el banco ve ahora una expansión del PIB del 2,1%, frente a la estimación anterior del 2%.
La mayor economía de América Latina sigue sorprendiendo tanto a los analistas como a los responsables políticos por su resistencia a las elevadas tasas de interés. Los banqueros centrales, dirigidos por Roberto Campos Neto, elevaron los costes de endeudamiento al 12,25% la semana pasada, al tiempo que prometieron dos subidas adicionales de un punto porcentual cada una. La actividad está recibiendo un impulso del gasto público que también está avivando los temores del mercado a una crisis de deuda.
Los inversores se están deshaciendo del real brasileño a medida que crece el escepticismo sobre las promesas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de apuntalar las arcas públicas. El anuncio de un plan para recortar 70.000 millones de reales (US$11.100 millones) en gastos en dos años e introducir exenciones fiscales para las familias de bajos ingresos cimentó la idea de que el presidente izquierdista sigue buscando impulsar el crecimiento a través del consumo.
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La fuerte salida de capitales llevó al banco central a intervenir en el mercado de divisas durante tres días seguidos a mediados de diciembre, cuando vendió cerca de US$6.000 millones en el mercado al contado al tiempo que subastaba líneas de crédito.
Sin embargo, el real sigue siendo la divisa con peor comportamiento entre las principales, con un debilitamiento superior al 22% este año.
Los analistas encuestados por el banco central ven la inflación anual muy por encima del objetivo del 3% hasta al menos 2027. Un tipo de cambio más débil aviva las presiones sobre los precios al consumo al encarecer las importaciones.
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