Jubilarse antes de los 60 años: los retos detrás del modelo de pensiones boliviano

En Bolivia la participación laboral de los adultos mayores de 65 años es del 56,5%, mientras que el promedio en LatAm es del 28,7%

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Bloomberg Línea — Jubilarse antes de los 60 años es un sueño para la mayoría de los latinoamericanos, en medio de las difíciles condiciones para garantizar la estabilidad laboral y los ingresos a lo largo del tiempo. A pesar de que Bolivia tiene una de las edades más tempranas para la jubilación, el modelo arrastra una serie de desafíos que no han sido resueltos hasta ahora.

“El sistema de pensiones en Bolivia presenta múltiples desafíos que comprometen su eficacia y sostenibilidad a pesar de contar con una de las edades de jubilación más bajas en América Latina”, dijo a Bloomberg Línea desde el país andino el analista financiero Jaime Dunn.

Los bolivianos se jubilan a los 58 años en el caso de los hombres y desde los 55 años para las mujeres que tengan 3 o más hijos.

No obstante, en Bolivia la participación laboral de los adultos mayores de 65 años es del 56,5%, mientras que el promedio en Latinoamérica es del 28,7%, de acuerdo a cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Y si bien en el país se pretendía adoptar una denominada “jubilación forzosa” a los 65 años, sujeta a un examen médico obligatorio, la Cámara de Diputados de Bolivia anuló la iniciativa del Gobierno.

“Es importante analizar la edad de jubilación con respecto a la expectativa de vida de los jubilados. En períodos recientes se ha observado un aumento de la expectativa de vida, con el consecuente envejecimiento de la población. En ese contexto, una relativamente baja edad de jubilación incrementa las presiones financieras sobre el sistema de pensiones y puede desembocar en mesadas pensionales menores” dijo a Bloomberg Línea el profesor de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional de Colombia, Jorge Armando Rodríguez.

En la Colombia de hoy, ejemplificó, “con mayor razón, si se tiene en cuenta que productividad de la economía es baja, no es aconsejable descuidar los efectos de una edad de jubilación demasiado temprana sobre la sostenibilidad de las pensiones”.

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De acuerdo a cifras de la consultora Sectorial, Bolivia es el séptimo país latinoamericano con mayor inversión en pensiones, destinando el 3,8% como porcentaje del PIB, con un nivel de envejecimiento catalogado como “incipiente”.

Jaime Dunn considera que los principales desafíos del sistema de jubilaciones boliviano incluyen los desequilibrios financieros derivados de una edad de jubilación temprana y un aumento en la expectativa de vida, lo que “amenaza la viabilidad financiera del sistema a largo plazo. La rentabilidad debería ser en términos reales sobre el 8% y es de apenas 2%”.

Para Dunn, otros desafíos incluyen la cobertura limitada del sistema pensional boliviano y la insuficiencia de los ingresos de jubilación, en tanto que según el analista solo un 5% de los trabajadores alcanza una tasa de reemplazo (porcentaje del ingreso devengado al estar jubilado frente al recibido como trabajador activo) del 70%, debido a la informalidad y bajos niveles de cotización.

La tasa de reemplazo promedio del salario en el sistema de pensiones es del 31%, significativamente por debajo del 45% recomendado por la OIT, lo que refleja la insuficiencia de los ingresos para cubrir las necesidades básicas de los jubilados. La gente ve que el sistema de pensiones no les asegura una buena jubilación, por eso muchos a pesar de estar jubilados siguen trabajando”, dijo Jaime Dunn.

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A estos factores su suma la informalidad laboral, lo que limita el acceso de las personas a las pensiones contributivas y reduce la cobertura del sistema.

Bolivia tiene una alta dependencia al empleo estatal, ya que algunas fuentes estiman que entre el 60% y el 70% de la formalidad en el país la aporta el Estado.

Otros desafíos mencionados por Jaime Dunn incluyen los bajos niveles de ahorro para la jubilación: “Hay una preferencia generalizada entre los trabajadores jóvenes por ingresos inmediatos sobre el ahorro para la jubilación, lo que compromete aún más la capacidad del sistema para proporcionar pensiones adecuadas en el futuro”.

Además, pese a que el sistema de jubilaciones ofrece pensiones por vejez, invalidez y muerte, así como rentas mínimas garantizadas para mayores de 60 años a través de diferentes regímenes (contributivo, semicontributivo y no contributivo), los recursos son insuficientes para los jubilados en el país.

“El menú de ofertas del sistema de pensiones es muy interesante y atractivo en teoría, pero cada uno de estos beneficios en dinero es muy reducido. Por eso el sistema no es muy atractivo”, dijo Jaime Dunn.

El Gobierno de Evo Morales (2006-2019) promulgó en 2010 una ley para iniciar el proceso de estatización de las pensiones, aunque únicamente en 2015 se establecieron los estatutos.

Solo hasta el año pasado, el sistema estatal de pensiones de Bolivia comenzó sus operaciones y pasó a administrar unos US$24.000 millones en ahorros de los bolivianos.

La ley establece que una Gestora Pública se encarga ahora de administrar los Fondos del Sistema Integral de Pensiones, desplazando a los actores privados, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

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