Bloomberg Línea — Las marchas rumbo a La Paz convocadas por Evo Morales contra el Gobierno de Luis Arce parecen estar polarizando a Bolivia, pese a que ambos son representantes de la izquierda política en ese país, a falta de 11 meses para las elecciones presidenciales. Muestra de ello son los enfrentamientos entre seguidores de ambos líderes en medio de la jornada de protesta del 17 de septiembre, que dejaron 26 heridos, según cifras oficiales.
Morales convocó a sus seguidores a participar en una manifestación pacífica rumbo a la ciudad de La Paz, una caminata en la que comenzó el pasado martes y en la que alrededor de 5.000 simpatizantes recorrerán cerca de 190 kilómetros. Según el exmandatario, el objetivo de la marcha es protestar contra un posible freno a su candidatura presidencial de cara a los próximos comicios, pero también contra Luis Arce y su gestión frente a la crisis económica que ha padecido el país, evidenciada en la escasez de dólares y de combustible, así como en el encarecimiento de productos básicos.
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El Gobierno de Arce, por el contrario, denomina a la manifestación liderada por Morales como la “marcha de la muerte”, argumentando que tiene fines golpistas y exponiendo lo sucedido en Caracollo, en el departamento de Oruro: el presunto ataque de ataque de los “evistas” cuando alrededor de un millar de “arcistas” buscaron impedir su paso hacia La Paz.
Evo y un supuesto intento de golpe de Estado
Además de la confrontación entre los seguidores de ambos líderes, llamó la atención mediática y del Gobierno una declaración de Evo Morales: “Si el primer y el segundo hombre abandonan al pueblo, está el tercer hombre del Estado, el hermano Andrónico Rodríguez está con nosotros”.
Andrónico Rodríguez, a quien Evo Morales hizo referencia, es el presidente del Senado de Bolivia y lo acompañó en lo denominada “marcha para Salvar Bolivia”. Sin embargo, que el exmandatario planteara la posibilidad de que tomara el congresista poder del Ejecutivo en el Bolivia ante una eventual salida de Arce y de el vicepresidente David Choquehuanca generó alerta ante la supuesta posibilidad de un golpe de Estado.
La canciller de Bolivia, Celinda Sosa, escribió en sus redes sociales: “Un nuevo golpe de Estado se está gestando en el Estado Plurinacional de Bolivia, dirigido por el expresidente Evo Morales, con el propósito de acortar el mandato del presidente, Luis Arce, y habilitarse una vez más como candidato pese a que la Constitución Política del Estado se lo prohíbe”.
Evo renuncia a la marcha tras posibilidad de ser procesado
No solo Celinda Sosa se pronunció por parte del Gobierno del presidente Luis Arce, también lo hizo el ministro de Justicia, Iván Lima, que advirtió un proceso judicial contra Evo Morales.
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“Hoy, de su propia boca, ha dejado de ser el líder histórico y ha pasado a ser un golpista. Como golpista tiene que ser procesado en la vía legal correspondiente (...). Él ahora es un ciudadano que va a tener que ser sometido al debido proceso que pueda ser iniciado por las acciones que se están llevando adelante”, afirmó.
Y agregó: “Le pedimos que deje de sentir que es una persona inmune”.
Lo cierto es que las advertencias del ministro de Justicia al parecer recalaron en Evo Morales, que a mediodía de este miércoles anunció que se retiraba de la marcha.
“Como dicen, es marcha de Evo, Evo, Evo, decidí retirarme de la marcha para dejarla en manos del pueblo (...). La marcha es imparable, con Evo o sin Evo, el pueblo está bien organizado”, dijo en diálogo con los medios de comunicación bolivianos.