Bloomberg — El repunte de los bonos latinoamericanos de alto rendimiento que comenzó en El Salvador y se expandió a Venezuela, Argentina y Ecuador, ahora llegó a Bolivia. Para algunos inversionistas, esto podría haber llegado demasiado lejos.
Los bonos de El Salvador subieron después de que el país cumpliera inesperadamente con todos los pagos de su deuda, mientras que los de Venezuela se recuperaron luego que Estados Unidos levantara sanciones. La deuda de Ecuador y Argentina repuntaron luego que sus Gobiernos impusieran reformas radicales de libre mercado después de años de mala gestión.
Pero en Bolivia no se han observado ninguna de las medidas que fortalecieron la deuda de sus pares y, en cambio, el país se apegó a una política de tipo de cambio fijo, un desarrollo de recursos minerales liderado por el Estado y un crecimiento impulsado por el déficit. Argentina planea dejar de importar gas de Bolivia en octubre, lo que amenaza con acentuar una escasez de dólares que ha dejado casi vacías las reservas del banco central.
A pesar de todo eso, los bonos han tenido un rendimiento del 19% en 2024, lo que los convierte en una de las mejores apuestas en deuda soberana de los mercados emergentes este año, según un índice de Bloomberg.
“No puedo explicar la compra”, dijo Edwin Gutierrez, jefe de deuda soberana de mercados emergentes en Abrdn Plc. en Londres. “Esto se dirige al desastre. Es nuestro candidato a default para este año”.
Los US$1.000 millones en bonos con vencimiento en 2028 han aumentado 12 centavos a 59 centavos por dólar este año, mientras que los US$850 millones en instrumentos al 2030 subieron 5 centavos a 61 centavos por dólar, según datos de precios recopilados por Bloomberg.
“No lo entiendo”, dijo Ricardo Penfold, director general de Seaport Global en Nueva York, en referencia al repunte de los bonos. “No hay reformas en Bolivia y sí en esos otros países”.
Prohibición a Evo Morales
Los bonos recibieron un impulso en diciembre cuando el Tribunal Constitucional prohibió al expresidente socialista Evo Morales presentarse a las elecciones de 2025.
El mes pasado, los bonos obtuvieron otro impulso después de que el Gobierno acordara un plan de 10 puntos con los líderes de la industria local para abordar la escasez de dólares y facilitar el camino para nuevas exportaciones.
Bolivia solo enfrenta pagos de intereses a los tenedores de bonos durante los próximos dos años, según datos compilados por Bloomberg. Los pagos de bonos de mayor cuantía no vencen hasta 2026.
La nación andina tiene “problemas fiscales y externos muy serios, pero el servicio de la deuda sigue siendo manejable y tienen incentivos políticos para no caer en default antes de las elecciones de 2025″, dijo Pilar Navarro, economista de EMFI Group Ltd. “Parte del repunte está asociado con la reconsideración del mercado de estos factores”.
El estratega de Barclays Capital Inc. Sebastián Vargas escribió en enero que espera que el país salga adelante con los pagos de sus bonos, incluso cuando los funcionarios retrasen cualquier tipo de reforma significativa hasta después de las elecciones presidenciales.
El Gobierno también mantiene la confianza e incluso está considerando la venta de hasta US$1.000 millones en bonos verdes este año para impulsar su industria del litio, afirmó el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, a Bloomberg la semana pasada. La nación sin salida al mar posee los mayores depósitos del mundo del metal blanco utilizado en baterías de vehículos eléctricos.
“Arrastrado por la marea”
Pero a pesar de todo ese optimismo, los bonos de Bolivia todavía se cotizan a 1.756 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro estadounidenses similares, según datos de JPMorgan Chase & Co.
Al banco central le quedaban solo US$166 millones en efectivo en diciembre, última fecha para la que hay cifras disponibles. Eso lo deja casi con las manos vacías mientras defiende una vinculación monetaria de 16 años que ha hecho casi imposible encontrar dólares fuera del mercado negro.
Y la causa fundamental del problema persiste. El Gobierno registró un déficit fiscal de alrededor del 7,5% del Producto Interno Bruto el año pasado, que se espera que se amplíe a alrededor del 7,8% en 2024. Eso debe financiarse con endeudamiento interno o externo.
Entonces, a medida que este año disminuye el peligro de incumplimiento por parte de los Gobiernos de mercados emergentes, a muchos administradores de dinero, como Arif Joshi de Lazard Asset Management, les preocupa que Bolivia pueda, o deba, contrarrestar esa tendencia.
“Si el mercado sigue subiendo, Bolivia podría seguir subiendo, aunque los fundamentos no lo respalden”, dijo Carlos de Sousa, inversionista de Vontobel Asset Management en Zúrich. “Es el tipo de dinámica en el que la marea los arrastra a todos”.
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