Yuanes, deuda flotante y por qué Argentina aceleró la devaluación y pisó las importaciones

Pese a la habilitación del segundo tramo del acuerdo con China, las reservas siguen siendo exiguas. Esperan que el dólar suba más rápido y haya menos ingreso de productos del exterior

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Buenos Aires — El último día de julio, el ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, anticipó que se había aprobado la utilización del segundo tramo del swap con China, lo que significa mayor disponibilidad para utilizar la moneda china en la importación de bienes, para no frenar la economía. Sin embargo, en los últimos días el Banco Central (BCRA) fue limitando la cantidad de yuanes que se utilizan para traer productos del exterior y en el mercado hay quienes creen que esta tendencia se irá exacerbando.

Y el acotamiento de importaciones no es el único movimiento indeseable, en términos electorales, que le toca llevar a cabo al BCRA en un momento de definiciones políticas: también viene acelerando el ritmo con el que se devalúa el peso frente al dólar administrado por la autoridad monetaria. Es decir, el ritmo de crawling peg.

En ambos casos subyacen los mismos apuros: las reservas netas en los niveles negativos más profundos de su historia (en torno a -US$10.000 millones) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pidiendo ajustes para no deteriorar aún más las variables.

El Gobierno tratará de posponer un salto cambiario para después de las elecciones generales, posiblemente combinando una aceleración del ritmo de crawling peg (devaluación administrada) y un fuerte apretón a las importaciones”, señala un informe del bróker Consultatio, resumiendo la visión que hoy parece compartir el mercado respecto del futuro cercano.

De hecho, el desaliento a las importaciones contó incluso con un marco normativo: la devaluación parcial. El 24 de julio, el Gobierno decidió aplicar un impuesto PAIS del 7,5% a bienes provenientes del exterior y del 25% a servicios.

Menos importaciones en el horizonte

Un informe reciente de la consultora Econviews, que dirige Miguel Kiguel, subrayó que las importaciones fueron frenadas “de manera total y absoluta”. El documento resalta que no entraron autos importados en el último mes y que ya se había visto mucha menor venta de unidades en julio.

En Vaca Muerta dicen que van a tener que frenar la producción por falta de insumos y hasta los sindicatos se movilizaron”, remarcó Econviews. Además, la consultora afirmó que casi todas las empresas de consumo masivo están con faltantes de insumos y contando a cuánto están de parar sus plantas. “Muchas de estas firmas contaban con dólares vía acuerdo de Precios Justos. Ahora el Gobierno no cumple su promesa y el único aliciente para muchas empresas es que a los competidores les pasa lo mismo. Esto, junto al dólar maíz, es lo que explica estas dos semanas de recuperación de reservas”.

En línea con ello, la consultora Delphos Investment afirmó recientemente que se mantienen las “grandes dificultades” para el pago de importaciones. Según indicaron, estas dificultades comenzaron días atrás, en un esfuerzo para mejorar la acumulación de reservas en la previa de las PASO, lo que incrementa el riesgo de una recesión más profunda de lo anticipado durante el segundo semestre.

El Banco Central suele oficializar cuántas divisas compró (o vendió) en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) cada jornada con un rezago de cuatro días. Sin embargo, cada día, al cierre de la rueda, circulan en el mercado informes que se acercan bastante a la cifra que finalmente será consolidada 96 horas más tarde. A principios de julio, esos informes diarios informales empezaron a desagregar los yuanes que se vendían en el MULC, por lo que el mercado empezó a notar que efectivamente se estaba usando el swap para pagar importaciones desde China. Por ejemplo, el 14 de julio, el Banco Central llegó a vender un máximo de 1.056 millones de yuanes (equivalente a US$148 millones a cifras de hoy) para satisfacer la demanda del mercado.

Sin embargo, en los últimos días de julio la cantidad de yuanes que cede el BCRA para importar fue cayendo drásticamente y ya en agosto no se volvió a difundir, lo que llevó a no pocos analistas a sospechar que el BCRA viene restringiendo también esas divisas. Incluso, algunos operadores llegaron a desconfiar que se haya habilitado el segundo tramo del swap pese a que la habilitación había sido confirmada por el propio Sergio Massa.

El FMI viene retando al Gobierno por la deuda flotante que está acumulando. Es decir, tuvieron que frenar, no por quedarse sin yuanes. Hay una confusión muy grande respecto de esto último: la SIRA no te genera acceso al MULC inmediato. Al importador se le aprueba la compra y quizás accede a las divisas 90 o 180 días más tarde”, explicó el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño, a la hora de interpretar por qué pese a la habilitación del swap se vienen cayendo la importaciones en yuanes.

Por su parte, un ejecutivo experto en comercio exterior, que pidió no ser identificado, consideró que las autoridades económicas argentinas pisaron las importaciones para tener garantías de que si se necesitan cumplir obligaciones ante el FMI las tienen.

Esta misma fuente resaltó que el swap con China es de 20.000 millones de dólares, aunque el gigante asiático autorizó a la Argentina a usar dos tramos de US$5.000 millones. El primer tramo ya se usó y el segundo se podía usar una vez que se terminara el primero y bajo una autorización nueva de China. Lo que pasó es que se terminó el primero y la autorización de China recién llegó la última semana. A raíz de esto, el ejecutivo interpretó que China postergó la autorización del segundo tramo por miedo a que Argentina siga usando el dinero para fines distintos a los previstos inicialmente, que eran comerciales. Esto, de hecho, es lo que ocurrió hace una semana cuando el Gobierno pagó parte de la deuda con el FMI utilizando yuanes.

Un informe de GMA Capital sintetizó la situación: “El stock de divisas de libre disponibilidad es negativo en US$9.921 millones. Esto no solo es relevante en miras de cumplir con la meta de diciembre con FMI (US$3.277 millones), sino también por su impacto en la economía real. Sin dólares, el BCRA pierde poder de fuego para atender el pago de importaciones de bienes e insumos indispensables para la producción. De hecho, el Gobierno abultó la deuda de importadores con sus proveedores en aproximadamente US$13.000 millones desde inicios de 2022. Y se estima que a fin de 2023 alcance entre US$15.000 millones y US$20.000 millones”.

Devaluación más rápida

Pisar las importaciones es la principal herramienta para frenar la sangría de reservas y la segunda pareciera ser acelerar el ritmo diario de devaluación, ajustándose a lo que pide el FMI, para que el peso no quede tan apreciado en términos de tipo de cambio real multilateral.

El lunes 7 de agosto el BCRA aumentó dólar oficial a un ritmo de 14,6% mensual, es decir, 425,1% anual. Ya desde la semana pasada se venía observando un importante aumento en la velocidad de devaluación administrada.

“Pareciera que el BCRA le está poniendo una nueva impronta al ritmo de devaluación como guiño al FMI, el cual le pidió explícitamente preservar la competitividad del tipo de cambio”, reflexionó un informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI).

Pero la presión no llega solamente desde el Fondo si no también vía brecha brecha cambiaria, ya que los dólares alternativos suben y presionan el gap respecto del oficial por encima del 100%.

En tanto, Econviews mencionó el viernes 4 de agosto: “La aceleración del crawling peg (+9,2% últimas cinco rondas mensualizadas) durante la primera semana de agosto va a tener su impacto si continua en ese sentido. La escasez de reservas internacionales nos hace pensar que no hay mucho margen para desacelerar el crawling”.

Por último, el director de la consultora FMyA, Fernando Marull, puntualizó que el BCRA mantuvo “elevadísima” la tasa devaluación del dólar oficial. “El nivel, cercano al 10% mensual, no es consistente con la actual tasa de interés Leliq de 8,1% y aún supera a la inflación esperada”, detalló.

En tanto, desde Aurum Valores hablaron de una “agresiva” aceleración del ritmo de devaluación en las últimas ruedas. Y destacaron: “El impacto en expectativas se ve en un mercado de futuros que premió con fuertes variaciones al alza. La escasez de divisas pareciera demandar la estabilización del ritmo en un nivel superior, aunque sin descartar la posibilidad de algún salto discreto del dólar”.