Bloomberg — La empresa que alguna vez fue la joya de la corona del procesamiento de soja en Argentina corre el riesgo de desaparecer por completo si se rechaza un acuerdo de rescate de US$1.300. Vicentin SAIC, que ha estado librando una batalla legal para que se apruebe el plan, tendría dificultades para sobrevivir si se ve obligada a un proceso que permita a otras partes presentar propuestas para asegurar su futuro, según Estanislao Bougain, un miembro del directorio.
Aprobar el plan de reestructuración liderado por los comerciantes de productos agropecuarios, Bunge Global SA y Viterra Inc, respaldado por Glencore es clave para evitar el llamado “cramdown” (proceso de reducción forzosa), dijo.
“Vicentin no tiene los fondos para sobrevivir a un cramdown porque es un proceso largo”, afirmó Bougain en una entrevista en la oficina de Bloomberg en Buenos Aires esta semana.
La empresa, que alguna vez fue el procesador de soja más grande de Argentina, cayó en bancarrota hace casi cuatro años después de no poder cumplir con un pago de 350 millones de dólares que debía a sus proveedores. Desde entonces, ha enfrentado amenazas de nacionalización y acusaciones de fraude por parte de prestamistas internacionales.
Para empeorar las cosas, Vicentin está librando actualmente una larga batalla legal para que se apruebe su plan de reestructuración. Una corte de apelaciones en la provincia de Santa Fe, donde se encuentra Vicentin, está considerando actualmente si revocará una decisión para rechazar el plan.
Si se confirma la decisión del juez, el caso pasaría a un “cramdown”, lo que eliminaría a Vicentin acuerdos cruciales que han permitido que fluya algo de dinero al permitir que Bunge, Viterra y una cooperativa local utilicen sus plantas de procesamiento.
La empresa ya está sufriendo debido a una sequía brutal que dejó a los procesadores de soja en Argentina con escasez de cultivos.
No está claro si Bunge, Viterra y la cooperativa ACA continuarían respaldando un acuerdo de rescate en un “cramdown”, según Bougain.
En los pocos días en que el “cramdown” estuvo técnicamente abierto, entre la decisión del primer juez y la intervención de la corte de apelaciones, no hubo entidades que expresaran un interés oficial en participar, afirmó.
Vicentin espera que la corte de apelaciones decida si aprueba el rescate liderado por Bunge y Viterra, o si procede al “cramdown” en algún momento después de la elección presidencial de Argentina el 19 de noviembre.
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