Bloomberg — El viaje a Brasilia del ministro de Economía y candidato presidencial argentino, Sergio Massa, terminó sin un acuerdo sobre un plan que Brasil había presentado para garantizar sus exportaciones al país vecino.
Haddad esperaba oír de Massa el lunes si aceptaría utilizar las reservas de yuanes para garantizar los pagos a los exportadores brasileños, un plan diseñado para mantener el flujo comercial entre las dos mayores economías de Sudamérica en medio de la creciente escasez de dólares en Argentina. Sin embargo, Massa presentó una propuesta diferente que, en lugar de depender de las menguantes reservas de divisas del país, implica garantías ofrecidas por la CAF, el banco de desarrollo de América Latina con sede en Caracas.
La CAF, dijo Haddad, está estudiando el plan y se ha comprometido a tomar una decisión antes del 14 de septiembre sobre si autorizará garantías de entre US$500 millones y US$600 millones. La oferta inicial de Brasil sigue en pie, añadió durante una rueda de prensa conjunta en el palacio presidencial, donde Massa se reunió con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
“Para Argentina, es mejor si se hace a través de la CAF”, afirmó Haddad. “Estamos bien de cualquier manera”.
Reunión incómoda
Más temprano, Massa tomó por sorpresa a Haddad cuando dio a conocer a la prensa una “agenda de temas bilaterales” que no había sido acordada mutuamente, según dos funcionarios brasileños al tanto del asunto. El documento enumeraba iniciativas que aún están siendo discutidas por ambos países. Entre ellas, el financiamiento por parte del banco de desarrollo brasileño BNDES para un gasoducto en Argentina.
La estrategia incomodó a los funcionarios brasileños y Haddad decidió cancelar una reunión programada con una delegación más amplia que acompañaba a Massa, dijeron los funcionarios, que pidieron no ser identificados porque el asunto no es público. El Ministerio de Economía argentino no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios enviada fuera del horario laboral.
Las reservas de divisas de Argentina se encuentran en niveles críticos, mientras las Administración del presidente Alberto Fernández lucha por apuntalar la atribulada moneda del país. El Gobierno devaluó el tipo de cambio oficial del peso en un 18% inmediatamente después de que la coalición gobernante encabezada por Massa perdiera este mes las elecciones primarias, solo para ver cómo se ampliaba aún más la brecha entre los tipos de cambio en el mercado oficial y el paralelo.
El debilitamiento del peso se traduce en una aceleración de la inflación, que se espera supere el 10% este mes, complicando aún más la campaña presidencial de Massa.
-- Con la colaboración de Manuela Tobias.
