Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, confirmó esté miércoles que el 14 de noviembre el directorio de la empresa aprobará el proyecto Vaca Muerta Sur, el oleoducto que unirá la formación no convencional con Punta Colorada, Río Negro, y que permitirá destrabar el cuello de botella que atraviesa el sector.
Marín precisó, en el marco del Argentina Oil&Gas Patagonia 2024, del IAPG, que este proyecto de US$2.500 millones será inscripto en el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), el esquema de beneficios impositivos, jurídicos y aduaneros promovido por el Gobierno de Javier Milei que aún no arrancó.
Según pudo averiguar Bloomberg Línea a través de fuentes del sector, Energy Transfer, una de las principales empresas midstream de Estados Unidos, no será la operadora de este oleoducto, tras frustrarse las negociaciones con YPF. La falta de acuerdo respecto a la tasa de retorno fue el factor que determinó el fin del diálogo entre las compañías.
“Estoy en condición de decir que somos seis socios fundadores y que la capacidad que nos estamos comprometiendo está en el orden de 400.000 barriles diarios”, dijo Marín desde Neuquén sobre el proyecto que avanzará en las primeras adjudicaciones de la obra y los tubos el 15 del mes próximo.
Además, dijo que se dejará una opción de capacidad para la compañía, o compañías, que sean adjudicadas de la venta de los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta. Según el exTecpetrol, esta obra generará US$15.000 millones de dólares de exportación.
Los seis socios son, según detalló La Nación, las locales YPF, Vista, Pan American Energy (PAE), Pampa Energía, y las internacionales Chevron y Shell.
La construcción de la obra iniciará en febrero y se espera que para julio de 2026 ya esté en funciones con una capacidad de 180 mil barriles diarios. La traza, cercana a los 600 kilómetros, irá desde Loma Campana, Neuquén (la concesión más importante de Vaca Muerta) hasta Punta Colorada, en la ciudad de Sierra Grande, Río Negro.