Vaca Muerta: Producción de petróleo y gas de Argentina se dispara a máximos de la última década

El aumento de la producción de hidrocarburos en 2024, impulsado por Vaca Muerta, ha generado un superávit en la balanza comercial energética y un crecimiento en las exportaciones

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Buenos Aires — Impulsada por la formación no convencional de Vaca Muerta, la producción de petróleo y gas natural en Argentina alcanzó su máximo nivel en la última década durante en los primeros ocho meses de 2024, según los últimos datos publicados por la Secretaría de Energía. El avance en la producción de hidrocarburos ha consolidado a Argentina como un jugador clave en el mercado energético regional y mundial, contribuyendo de manera significativa a mejorar la balanza comercial del país.

En el acumulado de los primeros ocho meses del año, la producción de gas natural ascendió a 34.511 millones de metros cúbicos, lo que representa un incremento del 25% en comparación con el mismo período de 2014. Además, comparado con los mismos meses de 2023, se registró un aumento del 5,9%, destacando el continuo crecimiento de la producción a pesar de los desafíos económicos y estructurales que enfrenta el sector energético argentino.

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Por su parte, la producción de petróleo en el mismo período alcanzó los 26,337 millones de metros cúbicos, lo que refleja un aumento interanual del 9,3% y un crecimiento del 29% en comparación con los niveles de 2014. Estas cifras indican un repunte significativo en la actividad extractiva de hidrocarburos, especialmente considerando la tendencia a la baja que experimentó el sector en la primera década del siglo XXI.meses de 2014.

Recuperación tras una década de declive

El actual auge en la producción de hidrocarburos en Argentina marca una importante recuperación tras un período de declive que afectó gravemente al sector entre 2003 y 2013. Durante esa década, la producción de petróleo se redujo en un 19,7%, cerrando 2013 con una producción de 32,461 millones de metros cúbicos, un nivel que reflejaba las dificultades de la industria para mantenerse competitiva. En el mismo lapso, la producción de gas natural también sufrió una caída del 18,1%, hasta alcanzar los 41,708 mil millones de metros cúbicos diarios.

Este descenso prolongado fue atribuido en gran medida a la falta de inversión y al deterioro de la infraestructura energética, lo que resultó en una menor capacidad para extraer y procesar hidrocarburos de manera eficiente. Sin embargo, desde 2014, con la aceleración del desarrollo de Vaca Muerta y la implementación de políticas energéticas más favorables, Argentina ha logrado revertir esta tendencia, situándose nuevamente en el mapa global de producción de petróleo y gas.

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En particular, el mes de agosto de 2024 fue un hito significativo para el país, ya que la producción de hidrocarburos alcanzó los niveles más altos de los últimos 20 años. Durante ese mes, Argentina produjo 719,3 mil barriles de petróleo por día, lo que representa un crecimiento interanual del 14%. En cuanto al gas natural, la producción diaria llegó a 153 millones de metros cúbicos, lo que supone un aumento del 6,3% respecto al mismo mes del año anterior. Estas cifras son un testimonio del potencial de Vaca Muerta y otros yacimientos clave, que han sido fundamentales para revitalizar la producción.

Superávit energético y balance comercial

La balanza comercial energética también mostró signos de mejora, con un superávit de US$313 millones en agosto, acumulando US$3.157 millones en los primeros ocho meses de 2024. En el mismo mes, las exportaciones de combustibles y energía crecieron un 8,9%, mientras que las importaciones cayeron un 29,4%.

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Impacto en la balanza comercial energética

El aumento en la producción de petróleo y gas ha tenido un impacto directo en la balanza comercial energética del país. En agosto de 2024, el sector registró un superávit de US$313 millones, acumulando un total de US$3.157 millones en los primeros ocho meses del año. Este resultado refleja un cambio significativo en el balance energético del país, que durante muchos años fue deficitario debido a la necesidad de importar grandes cantidades de combustibles.

Las exportaciones de combustibles y energía han sido una de las principales fuentes de ingresos en 2024, con un total acumulado de US$6.407 millones en lo que va del año. Esto representa un crecimiento del 25,5% en comparación con el mismo período de 2023, lo que pone de relieve el potencial exportador del país en este sector. En particular, en agosto se registró un crecimiento del 8,9% en las exportaciones de energía, lo que subraya la creciente demanda internacional de los hidrocarburos argentinos.

Por otro lado, las importaciones energéticas han mostrado una notable caída. Entre enero y agosto de 2024, las importaciones totalizaron US$3.250 millones, lo que supone una disminución del 47,5% en comparación con el mismo período del año anterior. Este descenso es atribuible en gran medida a la mayor producción interna de combustibles, que ha reducido la dependencia de las importaciones para satisfacer la demanda local.

Vaca Muerta: el motor del auge energético argentino

El crecimiento en la producción de hidrocarburos está directamente relacionado con el desarrollo de Vaca Muerta, que ha atraído inversiones tanto nacionales como internacionales. A pesar de los desafíos que enfrenta el sector energético en Argentina, incluida la volatilidad económica, el aumento de los costos operativos y las fluctuaciones en los precios internacionales del crudo, las operaciones en Vaca Muerta han demostrado ser resilientes.

Así lo reflejan también las acciones de las principales empresas del sector: Vista Energy (VIST) ha trepado 54% en lo que va del 2024, YPF ha hecho lo propio por 28,56%, y Pampa Energía (PAM) por 19,66%.

El gobierno argentino ha intensificado los esfuerzos para atraer inversiones adicionales en infraestructura, exploración y extracción de la mano del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), con el objetivo de maximizar la capacidad de producción y consolidar al país como un exportador neto.

Sin embargo, el sector energético argentino no está exento de desafíos. Los controles cambiarios, la alta carga tributaria, y las fluctuaciones en los precios internacionales del petróleo y el gas siguen siendo factores de riesgo que podrían afectar el ritmo de crecimiento. A pesar de ello, la actual trayectoria de la producción y el creciente interés de inversores internacionales sugieren que Argentina seguirá aprovechando su potencial energético para impulsar su economía en los próximos años.