Buenos Aires — Una de las prioridades que se había trazado Mauricio Macri para su presidencia renace de la mano de Javier Milei. Apenas unos días después de que Diana Mondino confirmara que el país no integrará el bloque de los BRICS, la futura canciller le abrió las puertas a un eventual ingreso a la OCDE, un viejo anhelo del fundador de Pro.
En esa búsqueda por ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Milei contará con una ventaja sustancial que Macri no tuvo: que la invitación al país para iniciar el proceso de acceso ya está extendida, y por desinterés o negligencia, el actual Gobierno nunca se encargó de rechazar. También parece jugarle a favor un contexto internacional más benévolo.
Dos personas familiarizadas con el asunto dijeron a Bloomberg Línea que el gobierno electo ya empezó a trabajar y dar los pasos necesarios para reencauzar el camino para que Argentina ingrese a la OCDE. Abocado a esa tarea está, una vez más, Marcelo Scaglione, quien fuera representante argentino ante el organismo internacional bajo el Gobierno de Macri.
Pero el ingreso al organismo no será inmediato. Podría demandar entre cuatro a seis años, marca una de las fuentes que agrega que lo importante es el recorrido. Es que para ingresar a la OCDE, el país debe cumplir una serie de requisitos vinculados a las mejores prácticas de los países desarrollados en materia económica, fiscal o de transparencia, entre otras cuestiones. Por eso, subraya que el camino hacia la OCDE podría representar una suerte de faro que permitiría generar confianza.
Invitación abierta y beneficios de ingresar a la OCDE
La Argentina recibió la invitación para ingresar a la OCDE el 25 de enero de 2022. Sin embargo, y a diferencia del resto de los países que recibieron esa invitación (Brasil, Bulgaria, Croacia, Perú y Rumania), el Gobierno argentino nunca aceptó ni declinó esa invitación.
Esa no respuesta, señalan quienes conocen los pormenores de la extensa tarea que recorrió Argentina para lograr esa invitación, es hoy una oportunidad. El hecho que no haya sido rechazada, señalan, implica que la misma sigue en pie.
Consultada al respecto en una entrevista concedida a la agencia Reuters, Mondino se refirió en las últimas horas a esta posibilidad. Al respecto, dijo que el Gobierno de Milei “definitivamente” trabajará para que el país ingrese en la OCDE. No obstante, recordó que será un procedimiento extremadamente largo y difícil.
En una entrevista concedida a Bloomberg Línea en junio, Scaglione había explicado los beneficios de que el país ingrese a este organismo multilateral creado en 1961 y que tiene sus raíces en el Plan Marshall. “Está demostrado que aquellos países subdesarrollados que ingresan a la OCDE pasan a ser desarrollados en 25 años”, había indicado al respecto.
Como ejemplo de ello, citó el caso de Corea del Sur, que ingresó en la OCDE en 1996 con un PBI per cápita de US$14.000, muy por debajo de los US$48.000 de ahora.
Eso, había agregado, no sucede por arte de magia. En ese período, los países que ingresan deben realizar una serie de transformaciones vinculadas a la calidad institucional, el desarrollo productivo o el bienestar social a través de la educación y la salud. Respecto de los beneficios de corto plazo, en tanto, había mencionado una baja del costo de capital e impacto en la calificación de riesgo. Eso, explicó, allana el camino para inversiones productivas que se vuelcan directamente en el territorio y economías regionales.
Pero además, dijo Scaglione a este medio en junio, pasar a formar parte del organismo implica una oportunidad de comercio con un mercado de 500 millones de consumidores, ya que entre los 38 países miembro originan el 75% de la inversión y el 60% del comercio global. “Eso haría que se termine el problema de la escases de dólares”, dijo en diálogo con Bloomberg Línea.