Temores de devaluación frenan ventas y operaciones de empresas en Argentina

En la previa de las elecciones y ante la expectativa de otra devaluación, las compañías de todo rubro y tamaño manifiestan las dificultades para funcionar con normalidad

Por

Bloomberg — Algunas empresas en Argentina están suspendiendo las ventas antes de las elecciones presidenciales del domingo, por temor a que otra gran devaluación de la moneda acabe con sus ingresos.

Desde autopartes hasta construcción e incluso papel higiénico, empresas grandes y pequeñas contienen la respiración al tiempo que asesores clave de candidatos rivales se contradicen sobre el destino del peso.

El miércoles, Carlos Melconian, asesor económico de la candidata de la oposición Patricia Bullrich, pronosticó que el tipo de cambio oficial se devaluaría a 500 pesos por dólar desde los 350 actuales. Eso llevó a la coalición gobernante a contraatacar horas más tarde, insistiendo en que no habría devaluación ni la próxima semana ni en un futuro próximo. Mientras tanto, el candidato Javier Milei alienta abiertamente a los argentinos a dejar de ahorrar en pesos porque planea dolarizar la economía.

Las expectativas de una caída del peso son muy altas dado que el candidato presidencial y Ministro de Economía, Sergio Massa, devaluó la moneda en un 18% al día siguiente de las elecciones primarias de Argentina. Pero desde entonces ha congelado el tipo de cambio oficial, lo que ha dado lugar a especulaciones generalizadas sobre otra devaluación después de las elecciones generales mientras el peso continúa vendiéndose en el mercado paralelo, superando recientemente los 1.000 por dólar.

“Es prácticamente imposible finalizar las compras esta semana; todo el mundo está esperando los resultados de las elecciones”, dijo Juan Pablo Rudoni, director de la empresa de construcción modular EcoSan, cuyos proveedores cancelaron los pedidos tras confirmar previamente con recibos. “Dependiendo de los resultados, creo que la próxima semana también será difícil”.

Rudoni no está solo. Los talleres de automóviles recibieron un aviso de los proveedores esta semana de que no podrían pedir piezas nuevas hasta después de la votación del 22 de octubre. La semana pasada, el gigante estadounidense General Motors detuvo la producción en una se sus plantas en Argentina por falta de componentes importados. Una fábrica en las afueras de Buenos Aires que vende toallas de papel y papel higiénico también notificó a las pequeñas empresas a las que presta servicios que las ventas se suspenderán durante toda la semana posterior a las elecciones.

En la provincia de Jujuy, al norte de Argentina, los medios locales informaron que las gasolineras suspendieron las ventas después de que los clientes intentaron cargar combustible antes de una posible devaluación. En el sur del país, computadoras y otros aparatos electrónicos no están disponibles en la provincia de Neuquén en la Patagonia, mientras que las tiendas de comestibles y supermercados en la provincia agrícola del Chaco ya advierten que algunos proveedores no venderán hasta después de las elecciones.

Todas las actividades suspendidas son “incipientes comportamientos pre-hiperinflacionarios”, dijo otro asesor de Patricia Bullrich, candidata a presidenta de Juntos por el Cambio

“Reflejo del jubileo fiscal del Gobierno y de la profecía dolarizadora”, dijo Eduardo Levy-Yeyati a través de publicaciones en redes sociales, en las que critica a Massa y Milei. “Ojalá que el resultado del domingo ayude a calmar la situación”.

Lea más en Bloomberg.com