Buenos Aires — Argentina finalizó el año pasado con superávit comercial récord en términos nominales, lo cual responde a distintos motivos, como el salto en las exportaciones ante la recuperación tras la sequía para el agro y un buen desempeño del sector energético. Para este año, algunos analistas estiman que 2025 podría terminar también con números en verde, aunque aclaran que la magnitud dependerá de factores tanto domésticos como exógenos.
De acuerdo con información difundida por el INDEC, el 2024 cerró con un superávit comercial de US$18.999 millones, por un incremento de las exportaciones del 19,4% interanual a los US$79.721 millones y una caída de las importaciones del 17,5%, que totalizaron los US$60.822 millones.
En diciembre, las importaciones sumaron US$5.369 millones, lo que significó un aumento interanual del 26,2%, lo cual puede representar signos de recuperación de la actividad.
La Fundación Ecosur explicó que “en diciembre crecieron interanualmente las exportaciones de todos los rubros, excepto las industriales”.
“Además del buen desempeño del agro, que sigue comparando contra un año de sequía, se destaca el crecimiento de las exportaciones energéticas, que aumentaron 88,6% en diciembre y acumularon un crecimiento de 26,4% en el año”, analizó.
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Remarcó, a su vez, que “en diciembre las exportaciones energéticas alcanzaron su máximo valor histórico y, por primera vez desde que hay registro, fueron superiores a las industriales”. “Se exportaron US$1.356 millones de productos energéticos, de los cuales casi la mitad fueron derivados del petróleo (+49% i.a.)”, detalló.
Por qué Argentina logró superávit comercial récord
En diálogo con Bloomberg Línea, Claudio Caprarulo, director de Analytica Consultora, evaluó que “hay distintos factores que generaron un superávit comercial devengado tan importante”.
“Por la positiva, un salto en las exportaciones en todos sus rubros con mayor énfasis en los productos primarios y sus derivados. Jugó a favor la recuperación post sequía para el agro y un buen performance del sector energético que confirma su rol clave para los años venideros. Esto último influyó también en la caída en las importaciones del sector”, subrayó.
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En tanto, manifestó que “el costado negativo del saldo comercial favorable es que en el resto de los usos las menores compras al exterior estuvieron determinadas por las consecuencias de la contracción de la demanda en el mercado interno producto de la caída de salarios y jubilaciones, entre otros”.
Las perspectivas para 2025
“Nuestra proyección es que el superávit comercial en bienes se va a sostener, principalmente por el aumento en las cantidades exportadas”, pronosticó Caprarulo.
La consultora LCG aseguró que espera que “la apuesta es a que sectores como Petróleo y Minería, que ya empezaron a traccionar hacia finales de 2024, sigan haciéndolo en 2025 y compensen la mayor de demanda de divisas que genere la recuperación de las importaciones”.
“Desde LCG proyectamos un resultado comercial en torno a US$14 millones para 2025″, puntualizó. “Diciembre mostró un aumento significativo en las importaciones. Es una tendencia que entendemos se reforzará los próximos meses a partir de la recuperación de la actividad y la profundización del atraso cambiario (en la medida que la inflación converja a un ritmo más lento que el 1% establecido para el crawling peg a partir de febrero)”, evaluó.
Por su parte, ABECEB analizó que “el intercambio comercial viene creciendo sensiblemente desde mediados de 2024, con exportaciones e importaciones mostrando sensibles mejoras que revierten la dinámica previa y exhiben una mayor apertura”.
“En el caso de las exportaciones se espera que durante 2025 sigan traccionando (+7%), de la mano de una buena cosecha que mejoraría el aporte de 2024 y ventas del sector energético (en dic-24 las cantidades exportadas son las más altas desde 2004)”, expresó.
Por otro lado, proyectó que “las importaciones también mostrarían un gran dinamismo este año -incluso mayor: +16%-, en línea con la recuperación económica, la mayor apertura comercial, desregulación, baja de aranceles y apreciación cambiaria”.
“Los bienes de capital tendrían la mayor incidencia, seguidos de bienes de consumo y vehículos, muy afectados en etapa previa de restricciones. Así el saldo anual seguiría superavitario, entre US$14.000 y US$15.000 millones, y en el sector energético estaría aportando alrededor de la mitad de ese total”, resaltó ABECEB.
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