S&P: Argentina tiene “potencial inmenso”, pero alto riesgo de default a corto plazo

Entrevista Exclusiva: Bloomberg Línea dialogó con Lisa Schineller, managing director de calificaciones soberanas y economista para América Latina de S&P Global Ratings

Foto: Scott Eells/Bloomberg
13 de junio, 2023 | 03:00 AM

Buenos Aires — El último canje de deuda en pesos que impulsó el ministro de Economía de la Argentina, Sergio Massa, cosechó una aceptación menor al 30% entre acreedores privados, según las estimaciones de consultoras locales como Invecq, 1816 y Equilibra. Para S&P Global Ratings, ese intercambio de títulos constituyó un “default selectivo”.

Consideramos distressed [en situación de estrés] a la mayoría de los canjes que se realizan en niveles de calificación [crediticia soberana] tan bajos, y equivalentes a un impago”, explicó la calificadora.

El nuevo traspié de la Argentina en materia crediticia no refleja, sin embargo, su “potencial inmenso” en materia económica de cara a los próximos años. Para Lisa Schineller, managing director de calificaciones soberanas y economista para América Latina de S&P, esto no quita que el soberano enfrente desafíos significativos para evitar una situación de default convencional en el corto plazo.

Hay un potencial inmenso en la economía argentina. Está tan bien situada en el sentido de las fuentes de energía convencionales y renovables, el litio, todo el sector minero, además del espacio agropecuario.

Lisa Schineller, managing director de calificaciones soberanas y economista para América Latina de S&P Global Ratings
Fuente de las imágenes: Bloomberg

La siguiente conversación fue realizada originalmente en inglés. Ha sido editada por motivos de extensión y claridad.

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¿Qué relevancia tiene en sus decisiones sobre Argentina el hecho de que más de la mitad de la deuda denominada en pesos esté en manos del propio gobierno, a través de bancos y entidades del sector público?

Una de las debilidades de la estructura crediticia soberana de Argentina, independientemente de la dinámica actual y de las pronunciadas vulnerabilidades en la categoría triple C, es un mercado de pesos pequeño. Debido a la falta de coherencia y previsibilidad de las políticas, a los niveles generalmente elevados de inflación -hoy en día lo son aún más-, el peso no se considera realmente una reserva de valor. Es más transaccional. El resultado es un mercado de pesos muy pequeño. El objetivo de tratar de desarrollar los mercados de capitales locales, que sin duda esta administración lo tuvo en su agenda, es muy difícil de hacer debido al historial del país en cuanto a su política económica. Hay una importante dependencia de las tenencias de los organismos del sector público, comenzando por la ANSES y pasando por los bancos públicos, porque no hay ese apetito ni la profundidad del mercado. Luego vamos al Banco Central (BCRA), y el crecimiento de sus tenencias [del Tesoro], ya que tuvo que intervenir cada vez más, implementando las opciones de venta, etcétera, para la deuda que vencía en 2023. El peso de esto sobre el balance del BCRA también se debe a la angustia general, y ahí surgen nuevos signos de interrogación. Es la consecuencia del estrés y de la falta de demanda en el sector privado.

¿Tienen en cuenta el riesgo de que una futura administración vuelva a reperfilar esta deuda en pesos, como ocurrió al final del gobierno de Mauricio Macri?

Una forma muy rápida de responder a eso es el hecho de que tenemos la calificación de triple C negativo con perspectiva negativa. En esencia, está poniendo de relieve las vulnerabilidades significativas en cuanto a la capacidad de pago, que podrían reflejarse en un intercambio de deuda en situación de estrés, que consideramos estas transacciones recientes, un reperfilamiento, o un “default convencional” de falta de pago de intereses, etc. Cualquiera de esas cosas es un riesgo significativo en los próximos seis meses, a falta de cambios positivos imprevistos, en el entorno externo, etc. Por lo tanto, creo que en este momento hay un período de incertidumbre política pronunciado, ya que se van a elegir los candidatos y las alianzas este mes, luego el período previo a las PASO, y luego las elecciones en octubre. Realmente hay desafíos en múltiples frentes. Condiciones sociales que se han debilitado, dadas las condiciones macro, inflación por encima del 100 por ciento, etc. Y todo ello con divisiones en todo el espectro político, dentro de la coalición gobernante y dentro de la coalición opositora, con una población frustrada por el macroentorno general y los niveles de vida. Argentina tiene importantes retos económicos que gestionar. Hay mucha de la fluidez política, y en la triple C negativa que teníamos hasta que rebajamos la calificación a default selectivo, se reflejan estas importantes vulnerabilidades de pago y la incertidumbre general.

¿Qué tipo de riesgo representa el balance del BCRA? ¿Será manejable para la próxima administración?

Desde el punto de vista de la solvencia crediticia, el margen de mejora se ubica en mejorar la credibilidad y la trayectoria de la política monetaria. El marco institucional de Argentina, la previsibilidad de las políticas para un crecimiento y unas finanzas sostenibles, el dinamismo económico, las posiciones exteriores y las [condiciones] fiscales y monetarias son muy débiles y conducen a una calificación muy baja. Consideramos que las vulnerabilidades en materia de pagos son pronunciadas. Establecer una política [del BCRA] de apoyo al peso e invertir la trayerctoria de la emisión monetaria y el grado en el que se financia al Gobierno redundaría en una mejora de la solvencia crediticia con el tiempo. Por poner un ejemplo, Barbados tuvo carencias en su mercado local y recurrió cada vez más a la financiación del BCRA, lo que le llevó a múltiples rebajas de calificación que, en última instancia, condujeron al país al impago.

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Otro factor a considerar del BCRA son sus reservas internacionales netas, que son negativas. ¿Qué peso tiene esto en el riesgo que se observa en Argentina, donde muchos se preguntan qué ocurrirá con el desembolso del FMI este mes?

Una vez más destacaré la calificación de divisas CCC-, cuando hasta marzo teníamos una CCC+. Hubo una operación de recompra de ciertos bonos globales, que puso de relieve cuestiones en torno al pago puntual de la deuda exterior comercial, debido al bajísimo nivel de las reservas internacionales. Por supuesto, eran bajas, subieron un poco a finales del año pasado, y luego tenemos la sequía de este año. Pero creo que el grado de angustia que se observa también se refleja en la medida de hace dos semanas, en la que se limitó el acceso de las provincias al MULC. Nunca se había visto algo así. Así que estos son síntomas del grado de angustia en torno al pago de cualquier instrumento extranjero. Creo que se ha visto flexibilidad con el FMI, dado que estamos en un momento electoral. Ha habido mucho pragmatismo y paciencia. Pero ese bajísimo nivel de reservas internacionales y los pagos externos que se avecinan, todo esto explica por qué tenemos la CCC- menos en moneda extranjera. En general, la condición externa de Argentina también es extremadamente débil, lo que lleva a que tanto el sector público como el privado necesiten endeudarse en moneda extranjera y en el exterior.

Parece haber un desacople entre las perspectivas negativas de agencias de calificación crediticia como ustedes y lo que estamos viendo en los precios de los activos. Tanto los bonos argentinos denominados en dólares como las acciones se han apreciado este año. ¿A qué atribuye este desajuste?

Creo que es una cuestión de que los bonos cotizan a niveles muy distorsionados y los mercados debaten un buen momento de entrada. Creo que es porque si damos un paso atrás, hay un potencial inmenso en la economía argentina. Está tan bien situada en el sentido de las fuentes de energía convencionales y renovables, el litio, todo el sector minero, además del espacio agropecuario. Si pensamos en el contexto geopolítico y en el “friendshoring” o “nearshoring”, incluso para bienes estratégicos, el potencial es inmenso. Creo que lo que está ocurriendo es que estamos tratando de exponernos a ello. Pero estamos viendo a la derecha estamos viendo el pago puntual del principal y los intereses en su totalidad. Aquí es donde vemos los riesgos importantes en el corto plazo. Crecimiento bajo, vulnerabilidades macro, en el lado fiscal, monetario, micro, etc. Antes de que se refleje ese potencial a largo plazo en la solvencia de Argentina, desde nuestra perspectiva, vemos un alto riesgo de un evento de default.