Buenos Aires — El impacto de la sequía en la economía argentina resulta todavía difícil de dimensionar. Mientras la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Bolsa de Comercio de Rosario continúan recortando sus proyecciones para la producción de soja, maíz y trigo de esta campaña, el Gobierno argentino empieza a sufrir en carne propia los efectos de este cisne negro que impacta no solo en el ingreso de dólares sino también en la recaudación y que podría sumarle presión a la inflación y al dólar blue.
Según las últimas proyecciones, la cosecha de esta temporada caería 38% respecto a la campaña anterior, que dejó un ingreso récord de divisas superior a los US$40.000 millones. Pero la expectativa ahora es que se cosechen unas 46 millones de toneladas menos que lo que se esperaban al inicio de la campaña.
Se trata de un dato no menor si se tiene en cuenta que como promedio de los últimos 3 años, la soja, el trigo y el maíz fueron responsables del 43% de las exportaciones totales del país. Ante este panorama, cálculos privados marcan que la sequía dejaría pérdidas de al menos US$14.000 millones, aunque el impacto económico final podría rondar los US$20.000 millones.
Metas en jaque por la menor oferta de divisas
La menor oferta de divisas llega en un contexto en el que, según cálculos privados, las reservas netas del BCRA ya se ubican en torno a los US$3.000 millones. Ante este panorama fue que el Gobierno argentino debió solicitarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) una flexibilización en la meta de acumulación de reservas de este año.
Pero al hacerlo, el equipo económico del Gobierno tuvo que hacer una importante concesión: en el acuerdo que alcanzó con el staff técnico del organismo, se comprometió expresamente a no utilizar reservas para contener los precios de los dólares financieros.
La menor oferta de divisas no solo puso en serios aprietos el cumplimiento de la meta de acumulación de reservas. También dejó en jaque el cumplimiento del límite de déficit primario de este primer trimestre del año.
Según informó el Ministerio de Economía el lunes, durante febrero el sector público nacional registró un déficit primario de $228.134 millones, por lo que acumula en el primer bimestre un rojo superior a los $432.000 millones. De esta manera, el oficialismo ya consumió en los primeros dos meses del año el 97,8% del límite para el primer trimestre fijado en el acuerdo con el FMI, que asciende a $441.500 millones.
Un reciente informe de Ecolatina incluso había advertido que la escasez de divisas podía generar todavía más presiones inflacionarias. Es que la menor oferta de dólares, argumentaba el trabajo, “le dificultará al Gobierno el compromiso de garantizar un mayor acceso al MULC a las empresas dentro de Precios Justos”. Por ello, explicaron, crecerían “los riesgos de que algunos acuerdos se resquebrajen por menores incentivos a permanecer dentro” de dicho programa.
Presión para los dólares paralelos
Ante esta perspectiva, las presiones sobre los dólares paralelos podrían incrementarse. Para Salvador Vitelli, economista de Romano Group y especialista en agronegocios, el impacto económico de la sequía no está todavía incorporado a precios.
“Si bien estos valores cercanos a $400 no son para nada baratos, pareciera que son niveles que quedaron de una tendencia anterior que no contemplaba lo que va a faltar por la sequía. Da la sensación que las cotizaciones actuales siguieron la inercia de antes, donde no estábamos contemplando estos US$20.000 millones que se está estimando que van a dejar de ingresar, sumado al impacto que va a tener en economías regionales, que se van a ver severamente afectadas por esto”, indicó.
Para Vitelli, no solo la sequía podría presionar los precios de los dólares paralelos. También sumó que el Gobierno sigue emitiendo para intervenir la curva de deuda en pesos, que difícilmente se cumplan las metas con el FMI y que en este 2023 habrá elecciones presidenciales. “Me cuesta creer que estos dólares tengan incorporados todos estos condimentos que vamos a tener este año”, señaló.
Similar análisis hizo el analista financiero Christian Buteler. Según expresó, la escases de divisas tendrá sus implicancias en los dólares paralelos pero marcó: “Ese es solo uno de los factores que puede impactar en los dólares. Otro factor que es muy importante este año es que todos los años de elecciones presidenciales hay un porcentaje de las carteras de inversión que se dolariza”.
“Ante un panorama como el actual, en el que está prácticamente prohibido ir al dólar oficial y en el que hay también regulaciones sobre el MEP y el contado con liquidación, esa cartera que quiera dolarizarse alguna salida va a encontrar”, advirtió.