Buenos Aires — La Argentina cerró la primera semana de abril con un riesgo país de 1.302 puntos básicos, el valor más bajo desde septiembre de 2020. Por entonces, el spread soberano había caído a 1.101 puntos (el 10 de septiembre de aquel año) luego de que el banco JP Morgan, que desarrolla el índice, rebalanceara la canasta de títulos contemplados para la medición en base a los nuevos bonos que Argentina había emitido días antes.
Pero ahora Argentina volvió a exhibir un riesgo país en niveles similares a los que tenía tras reestructurar su deuda, producto del rally que mostraron los bonos desde la llegada de Javier Milei al gobierno. El interrogante, entonces, es cuánto más puede comprimir este indicador.
Analistas consultados por Bloomberg Línea ven margen para que el desplome del riesgo país siga. De hecho, advirtieron que es fundamental que se observe una mayor compresión deeste indicador para no caer en default en 2025, cuando comienzan a crecer con fuerza los pagos de servicios de deuda.
Lo concreto es que el Emerging Markets Bond Index (EMBI), nombre técnico del riesgo país, cayó 31,7% en lo que va de 2024.
¿Qué espera el mercado respecto del riesgo país?
“Nosotros esperábamos que el EMBI se sitúe en 1.200 puntos para mitad de año, pero no suponíamos esta velocidad: ahora creemos que puede estar en 1.100 puntos a mitad de año, para cerrar el 2024 en el rango de 800 a 900 puntos, si se elimina el déficit fiscal financiero o, al menos, se consigue un superávit fiscal primario de entre 0,5 y 1 punto de producto”, destacó Pablo Repetto, jefe de research en el bróker Aurum Valores.
Para tomar como referencia, hoy Argentina es el tercer país con mayor spread en Latinoamérica, solo superado por Bolivia y Venezuela. Ecuador, que empezó el año con un riesgo país superior, logró comprimir hasta 1.180 puntos (valor al cierre del 4 de abril). En tanto, El Salvador, que en algunos tramos de 2022 llegó a tener nieves peores a los de Argentina, hoy tiene EMBI en 656 unidades, la mitad de Argentina.
“A mediano plazo, la ejecución del plan fiscal, que fue muy exitosa en el primer bimestre del año, debería lograr un carácter más sostenible o duradero en el tiempo, lo cual requiere aprobar alguna Ley mediante el Congreso y percibir que los cambios estructurales puedan ser permanentes”, destacó Pedro Siaba Serrate, head of research de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Si se dan estas condiciones, consideró, “el rendimiento de la Argentina podría converger a niveles similares a países con una calificación un escalón por encima de la nuestra (B-), tales como Egipto y Turquía”.
¿Qué sucedería con el riesgo país si sucede eso? Los bonos irían a un rendimiento de 9 a 11% y el indicador se ubicaría entre 500 y 700 puntos básicos. “Pero es una meta que no es de corto plazo”, aclaró Siaba Serrate.
Por su parte, Leonardo Chialva, socio en Delphos Investment, proyectó que el primer destino sería llevar el riesgo país a entre 800 y 1000 puntos. “A partir de ahí se empieza a revisar la perspectiva de largo plazo del país y cambios estructurales. Pero el mero hecho de volver al planeta Tierra nos da el privilegio de estar entre los peores alumnos del mundo, que cotizan a esos niveles”, mencionó.
Más a futuro, Chialva sostuvo que el próximo paso aparece el “desafío” de demostrar que “no solo volvimos al planeta Tierra sino que además podemos estar entre los alumnos del medio”.
¿Por qué es importante que caiga el riesgo país?
Ante la consulta de cuánto puede caer el riesgo país si las cosas salen bien, Sebastián Menescaldi, director asociado en Estudio EcoGo, respondió: “Invierto la consigna: es imprescindible que caiga el riesgo país para que las cosas salga bien”.
El analista detalló que Argentina tiene vencimientos por US$9.500 millones con bonistas en 2025 y que será necesario poder volver al mercado para no caer en default. “Inicialmente, deberían conseguir un Repo o deuda de corto plazo. La idea es que esa tasa cara es transitoria y no conviene tener deuda larga por su costo. No emitiría a 10 años todavía, sino que optaría por 2/3 años”, reflexionó.
Chialva, por su parte, consideró que una posible salida a este dilema sería un canje voluntario de los bonos a 2030.
Otro motivo por el cual es importante bajar el riesgo país es que Argentina en su conjunto pueda acceder a tasas de financiamiento razonables: “A partir del 2° trimestre de 2024 la economía rebotará, potenciada por la reversión de la sequía y los efectos expansivos del ajuste fiscal, vía crowding in del crédito al sector privado y menor prima de riesgo país”, se entusiasma un informe de Facimex Valores.
Ganancias que dejaría una mayor compresión
Ahora bien, ¿cuánto pueden obtener los inversores si siguen subiendo los bonos y, por ende, cayendo el riesgo país? “Creemos que la curva se mantendrá con pendiente negativa, pero mucho mas cerca de normalizarse, en torno al 15% de yield, lo que debería generar retornos cercanos al 30%”, señaló Javier Casabal, estratega de renta fija de Adcap Grupo Financiero.
Por su parte, Juan Manuel Franco, economista jefe del Grupo SBS, sentenció cuatro aspectos cruciales a seguir:
- “El nivel de compresión del spread de riesgo país tendrá como fundamento la capacidad del gobierno de normalizar de forma sostenible la economía. Por el momento, consideramos que la caída actual se debe a que el mercado asigna una buena probabilidad a que el Gobierno logre tener éxito, aunque destacamos que varias de las mejoras, para sostenerse en el tiempo, requerirán de reformas o medidas de fondo que puedan dar mayor previsibilidad”.
- Al mediano plazo, si las cosas salen bien, puede pensarse en que los bonos globales de Argentina operen en rendimientos primero cercanos a países como Ecuador, mientras que. si se profundizan los cambios, puede irse a tasas aún menores, como las de Egipto, Nigeria o Angola”.
- “Estos escenarios, de materializarse, darían interesantes ganancias en dólares para los tenedores de bonos”.
- “Hay que tener en cuenta también al contexto internacional: de darse turbulencias que tengan como consecuencia un aumento en la volatilidad, los globales de Argentina podrían también verse afectados”.