Buenos Aires — Las empresas argentinas estiman un incremento salarial del 48% en 2025, “con una planificación más estructurada”, mientras que proyectan reducir la cantidad de ajustes salariales a un promedio de cuatro por año, según un informe del sector privado.
El informe de Tendencias de Incrementos Salariales en Argentina (TISA) de la consultora Mercer analizó que “el presupuesto anual de incrementos salariales 2024 para el mercado general presenta una leve disminución, ubicándose en un 139% (mediana), dos puntos por debajo del informe de octubre”.
A su vez, manifestó que “las empresas que ya definieron sus presupuestos para 2025 (31% de las encuestadas) proyectan un incremento salarial del 48% en la mediana para el mercado general y anticipan una reducción en la cantidad de ajustes salariales, con un promedio de cuatro incrementos anuales, sugiriendo un enfoque más planificado y menos reactivo”, puntualizó.
“Los aumentos salariales en 2024 han superado la inflación acumulada, con un presupuesto anual del 139% en mediana”, consideró.
“Sin embargo, este incremento no compensa completamente la pérdida de poder adquisitivo de años anteriores”, remarcó.
Sin embargo, aseguró que “las empresas complementan los aumentos salariales con beneficios como capacitaciones (53%), subsidios para gimnasios (49%), gastos de alimentación (43%) y programas de bienestar financiero (37%), adaptándose a un mercado laboral competitivo”.
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Menos inflación proyectada
“La proyección de inflación privada para 2024 también ha disminuido, situándose en 127% (Latin Focus – noviembre 2024), en línea con las estimaciones de las empresas”, resaltó.
De ese modo, argumentó que “ese ajuste refleja una cautela generalizada en el sector privado, mientras las compañías buscan adaptarse al panorama macroeconómico actual”.
“Sin embargo, las condiciones de incertidumbre económica y fluctuaciones en los costos continúan representando retos importantes para las empresas al planificar sus presupuestos salariales”, apuntó.
Además, estimó que para 2025, se vislumbra un escenario en el que las empresas podrían retomar la diferenciación por mérito, asignando presupuestos específicos para premiar el desempeño individual.
“Sin embargo, el éxito de estas estrategias dependerá en gran medida de la estabilidad económica y de las políticas públicas que influyan en el entorno empresarial”, indicó.
“Observamos que la expectativa de inflación para 2025 está en permanente revisión por el mercado, con tendencia a la baja. Se espera entonces que en 2025 las organizaciones gestionen aumentos salariales de valores más acotados y con menor frecuencia que en los últimos años”, afirmó aseguro Mercedes Bernardi Client Development Sr. Manager en Mercer.
“En esta lógica, la diferenciación entre niveles de pago de las distintas organizaciones e industrias probablemente responda a cómo cada una logre aumentar la productividad, generar mayor eficiencia y mejorar los resultados de su negocio”, expresó.