Buenos Aires — El nuevo equipo económico encabezado por Luis Caputo ultima detalles para desembarcar al frente del Ministerio de Economía. Ya con Santiago Bausili confirmado como próximo presidente del Banco Central, los tiempos de armados y nombramientos empiezan a quedar atrás para dar paso a la puesta en marcha del programa económico con el que el nuevo Gobierno buscará desactivar “la peor herencia de la historia”, según palabras del próximo titular del Palacio de Hacienda.
Entre los puntos salientes de lo que sería el plan Caputo, según pudo saber este medio, se destaca que ven que los principales desafíos están en tres frentes fuertemente interconectados: el fiscal, el monetario y el externo. Y si bien en las últimas semanas economistas y consultoras privadas han puesto en duda la urgencia de “resolver el problema de las Leliq”, tal como lo calificó Milei, en el nuevo equipo económico apuntan a que las anclas sean el fuerte ajuste fiscal y monetario, esperando generar confianza para estabilizar la demanda de pesos.
A esta altura ya no debería sorprender que el flamante equipo económico apunte a la emisión cero desde el día uno. Para eso es que también necesitan desactivar la emisión endógena de los pasivos remunerados. Es decir, la emisión que debe convalidar el BCRA para pagar los intereses de sus Leliq y pases, que este año alcanzaría los 10 puntos del PBI de acuerdo a las propias estimaciones del gobierno electo.
La solución a este “problema” llegaría, entonces, por doble vía: parte con licuación por la tasa de interés negativa y un canje voluntario de pasivos del BCRA a títulos públicos del Tesoro para mejorar el balance. Esa misma posibilidad fue abordada por la consultora EcoGo en un reciente informe, en el que recordaron que “según el propio Milei el desarme de los controles de capitales requiere la consolidación fiscal y ´la solución a las Leliq´, que incorporará un mix entre licuación (tasa de interés negativa después del shock) y canje voluntario por deuda del Tesoro”.
El problema respecto de este último punto es que requerirá que los bancos ignoren una barrera que hasta ahora evitaron cruzar: el llamado “riesgo Tesoro”.
Qué es el riesgo Tesoro
¿Qué es el riesgo Tesoro, en qué se diferencia del riesgo BCRA y por qué los bancos limitan su exposición? Hace un año y medio el CEO de una entidad lo había graficado con suma nitidez en una charla en off the record: explicó que mientras el BCRA nunca defaulteó su deuda, el Tesoro lo hizo casi siempre.
Si bien Milei ha reiterado su intención de respetar contratos, las entidades hasta ahora se han mostrado reacias a cambiar deuda del Central por deuda del Tesoro.
Desde la mesa de dinero de una entidad explican a Bloomberg Línea que, en términos generales, los bancos suelen tener un 75% de tope de su patrimonio que pueden destinar a riesgo soberano, aunque agregan que ese porcentaje varía dependiendo de la entidad y que puede ser menor para bancos extranjeros, limitados por sus casas matrices.
Y ante la consulta de si creen que el Tesoro deberá ofrecer un diferencial significativo de tasa para que los bancos cambien riesgo BCRA por riesgo Tesoro, argumentaron que hay que analizar qué incentivos y qué tasa les ofrece el Tesoro dado que hoy la curva CER está negativa, por lo que no ven a los bancos cambiando un bono a tres años CER por Leliq. Pero además del límite regulatorio, agregan que tampoco ven a las entidades con apetito de hacerlo.
En otra entidad, en tanto, confesaron a este medio que ya están al tope normativo. Por ello, añadieron que deberían cambiar la norma y que no se trata solo de un diferencial de tasa sino de si se va a mantener la tasa regulada. Con bonos del Tesoro, sumaron, se asume un descalce de plazo importante si no tienen put o salida de liquidez inmediata. Y recordaron que casi toda la liquidez del banco está en instrumentos del BCRA, y detallaron que con esto le dan el mismo tratamiento a pases y a Leliq.
En una tercera entidad, en tanto, recuerdan que los pasivos de los plazos fijos solían estar colocados en Leliq, lo que implicaba que los bancos no ganaban plata con las Leliq, sino que lo que hacían era trasladar la tasa al cliente, dado que las mismas están calzadas.
Pero en las últimas semanas, agregan, los fondos Money Market se fueron a hacer pases directamente al BCRA -antes lo hacían a través de bancos- y hoy los fondos tienen casi 5 billones de pesos colocados en dicho instrumento. Pese a ello, anticipan que la elección de bonos va a tener que ver con la decisión financiera de cada banco, y que habrá algunos que van a preferir quedarse con pases a tasas más bajas y otros que preferirán el bono que paga un poco más.
Última licitación de Leliq y bola de pases
El martes los bancos renovaron apenas el 1,8% de los más de $1,5 billones que vencían en Leliq. “Sin novedades con respecto a la política monetaria a partir de la semana que viene, las entidades financieras siguen acortando la duration de sus activos y reduciendo sus pasivos lo máximo posible”, señaló la consultora 1816.
“Con la suba del lunes, las colocaciones de FCI en el BCRA equivalen al 58% de la base monetaria y probablemente superen el stock de Leliq antes del recambio presidencial. En síntesis, ´el problema de las Leliq´ se transformó esencialmente en ´el problema de los pases de bancos y FCI money market´, agregaron.
Este jueves se realizará la última subasta de Leliq de la gestión de Alberto Fernández, con vencimientos por $1,15 billones.
Si la tendencia de las últimas licitaciones se mantiene, el stock de Leliq (hoy en $7,5 billones) se reducirá a unos $6 billones mientras que el de pases (hoy en $15,3 billones) trepará a $16 billones, según estimaciones de Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group. Es que en las últimas subastas, explica, no todos los pesos que salieron de Leliq fueron a pases sino que parte se fue a encajes. En la licitación del martes, en la que vencían $1,5 billones, alrededor de $1 billón fue a pases, calculó la consultora.
Esta dinámica cobra especial relevancia si se contempla que ya un 74% de la deuda remunerada del BCRA está colocada en pases, según consignó Portfolio Personal Inversiones (PPI) en un reciente informe.