Reservas: el grifo de salida de dólares que podría reabrirse por la suba de los paralelos

La menor brecha entre los paralelos y el dólar tarjeta alienta la demanda de divisas en el mercado oficial, lo que le suma presión al Banco Central para acumular reservas

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Buenos Aires — El Gobierno de Javier Milei relativizó esta semana las últimas subas de los dólares paralelos. A ojos del oficialismo, los aumentos del blue, el MEP y el contado con liquidación no debieran ser vistos como una preocupación -más allá de la dinámica- dado que fueron muy inferiores a la inflación de los últimos meses, que se mantienen lejos de máximos en términos reales y que no impactarían en precios. Pero los aumentos podrían generar otro efecto no deseado: incentivar a que se reabra un grifo de salida de dólares que permanecía apenas demandado.

Hasta hace apenas dos meses, la diferencia entre el dólar tarjeta y los paralelos desalentaba la demanda de dólares en el mercado oficial de cambios. Comprar dólares para ahorro o viajes (o mismo pagar consumos en moneda extranjera con tarjetas) en ese segmento era entre 35% y 40% más caro que hacerse de divisas a través del mercado bursátil.

Pero con los recientes aumentos de los paralelos, la brecha entre esas cotizaciones y la del dólar tarjeta se recortó a mínimos. Llegó a ubicarse en 4,5% esta semana (el martes el MEP trepó a ARS$1.428 mientras el dólar tarjeta se ubicaba en ARS$1.492) antes de rebotar en el margen hasta la zona del 7%.

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¿Más presión para sumar reservas?

Esta compresión, que hace más atractiva la demanda de divisas en el mercado oficial, se da encima en la previa de las vacaciones de invierno y en el inicio de un trimestre en el que el equipo económico ya adelantó que espera perder unos US$2.000 millones de reservas.

La telaraña de restricciones que fue tejiendo el Gobierno de Alberto Fernández para sofocar la demanda de dólares para ahorro aún se mantiene. Por eso, las subas de los dólares paralelos no tendrán un impacto significativo en lo que respecta a la salida de divisas por compras para atesoramiento. Desde que empezó el año, las compras de divisas por parte de Personas humanas en el canal oficial para ese fin promedian apenas los US$12 millones por mes.

Distinto es el caso de la salida de dólares por viajes o pagos con tarjeta en moneda extranjera. Según reflejan los datos oficiales del BCRA, en mayo (último dato disponible) los egresos totales de dólares por esa canilla llegaron a US$728 millones, el nivel más alto desde los US$975 millones de noviembre de 2023, previo a la devaluación. En mayo, la brecha promedio entre el MEP y el dólar tarjeta fue del 30%, la más baja desde febrero.

Hasta la devaluación de diciembre, que hizo saltar el precio del dólar tarjeta de ARS$1.012 a ARS$1.312 –pasó de ser 1% más caro que el MEP a 26%–, los egresos de divisas por viajes y otros pagos con tarjeta en moneda extranjera venían mostrando registros superiores a los que se vieron en estos últimos meses. En promedio, entre enero y noviembre de 2023 los egresos de divisos por esa vía se ubicaron en la zona de US$726 millones por mes, con picos de US$1.007 millones y US$975 millones en octubre y noviembre.

Entre diciembre de 2023 y mayo de este año, en cambio, el promedio mensual fue de US$530 millones.

En su último informe semanal, la consultora Econviews abordó los motivos por los que en junio se interrumpió la recomposición de reservas del Banco Central. Y al analizar lo que ocurre con la cuenta de servicios, el trabajo sintetizó: “En el rubro de turismo (el más importante dentro de los servicios) venia ayudando que los dólares paralelos estaban más baratos que el dólar turista. Eso hacía que haya menos demanda en el mercado oficial”.

Sin embargo, añadió el informe, “con la suba de la brecha esa diferencia se achicó y ya no es obvio que convenga evitar la tarjeta. El plástico tiene un premio por comodidad”.

En diálogo con Bloomberg Línea, Alejandro Giacoia, economista de Econviews, agrega que “el turismo es muy sensible al tipo de cambio real”, y que “eso se ve en los datos históricos que correlacionan muy bien el saldo de turismo en el MULC con el tipo de cambio real”.

“En estos meses, el dólar turista había quedado bastante por encima del MEP o del blue. Y eso hacía que la demanda en el oficial sea más baja porque convenía pagar afuera con billetes propios o pagar después la tarjeta con dólares propios comprados vía MEP. En definitiva, no se traducía el gasto del turismo en más demanda en el mercado oficial”, recordó.

Pero ahora, con los paralelos prácticamente en el mismo valor o muy cerca del dólar turista, indica que “es mucho más fácil pagar con tarjeta” y después pagar la tarjeta con pesos. De hecho, añade que una parte de las percepciones que aplican sobre el dólar turista después se pueden recuperar, si bien esa operación lleva tiempo.

“Creo que eso puede derivar en algo más de demanda en el MULC de dólares oficiales por turismo lo cual obviamente le pone más presión al Banco Central para poder acumular reservas”, cerró.